1.28.2007

Los tecladistas del rock


Leyendo en El Ciudadano de Rosario me encontré con una nota al tecladista Claudio Cardone, donde decía que el tecladista de rock está en extinción, ya que hoy ese sonido es sustituido muchas veces por los samplers y los secuenciadores. Sin entrar en un debate sobre el fin de esta función, creo que es válido reflexionar sobre el rol que jugaron los teclados en los orígenes de nuestro rock.
Revisando un poco el listado de nuestras primeras bandas, y también de las bandas inglesas o estadounidenses uno podría deducir que si bien los teclados cumplieron un rol muy importante especialmente en el rock sinfónico y progresivo, esta función no resulta del todo obvia para la formación clásica de un grupo de rock, y que muchas bandas utilizaban el teclado sin tener un integrante dedicado exclusivamente a ello, o en todo caso convocando a un libre como Billy Preston o Leon Russell.
En los finales de los sesenta e inicio de los setenta, el órgano era casi insustituible en las bandas de música beat de tipo complaciente o comercial, y era este instrumento el principal exponente en cuanto presencia melódica, pero si rastreamos en nuestras primeras bandas de rock esto no era así, salvo la excepción de Los Gatos que contaban con el talento de Ciro Fogliatta. Es interesante hacer notar que el organista de música complaciente tocaba parado, a diferencia del rockero que lo hacía sentado como cualquier pianista, que por otro lado sería absurdo verlo tocar sin sentarse.
En el rock inglés y estadounidense comenzaban a aparecer algunas bandas que irían acoplando este instrumento, dando gran privilegio a los sintetizadores, como Emerson, Lake & Palmer con Keith Emerson, Deep Purple con Jon Lord, Pink Floyd con Richard Wright, Yes con Rick Wakeman, Genesis con Tony Banks, entre muchos otros, se sumarían a los que ya hacía más tiempo venían en esa función como Steve Winwood de Traffic o Ray Manzarek de los Doors.
Al ya nombrado Ciro, se añadirían en la lista de tecladistas de nuestro rock los nombres de Carlos Cutaia y Hugo González Neyra. El primero fue parte de “El Huevo” junto a Miguel Abuelo y Pomo, y en 1972 parte de Pescado Rabioso junto a Spinetta, David Lebón y Black Amaya. El segundo, de formación blusera, sería parte de Aquelarre junto a Emilio del Guercio, Rodolfo García y Héctor Starc.
En 1976 se va a conformar un proyecto bastante singular que va a tener el nombre de La Máquina de Hacer Pájaros. Este va a surgir por iniciativa de Charly García, bajo una influencia bastante importante del sinfonismo que en Inglaterra, venía de la mano de Genesis. En esta banda van a tocar dos tecladistas simultáneamente, Charly y el ya mencionado Cutaia.
También es de destacar bandas como Espíritu, que contaba con Claudio Fedel, David Lebón y Angel Mahler, Ave Rock con Osvaldo Caló, Crucis con Aníbal Kerpel y El Reloj con Luis Valenti.

1.15.2007

David Lebón, un insustituible.



Cuando me puse a pensar como seguía esta historia, no lo tenía muy claro. Pero revisando material, y navegando por sitios afines, ya no me quedaron ningunas dudas al respecto.
Como en el fútbol, están esos jugadores que a veces pasan casi desapercibidos, pero que cuando no están se nota excesivamente su ausencia, ya que son capaces de jugar en toda la cancha y hacer todos los relevos posibles, aunque se trate de hacerlo a las grandes figuras, y sin desentonar para nada en ello, creo que David Lebón es un ícono insustituible de la historia de nuestro rock, no solo por haber tocado casi todos los instrumentos sino porque es tal vez junto al baterista Moro, uno de los pocos que formó parte de una gran cantidad de bandas de primer nivel. Sólo cabe mencionar entre ellas a Pappo´s Blues, Pescado Rabioso, Color Humano, Polifemo, Serú Girán, etc, etc.
Habiendo regresado de los Estados Unidos allá por el año 69, ya había formado parte en el país del norte, de algunas bandas de rock adolescentes. Allí había sido bajista y baterista. La Revista Pelo de entonces decía que Davies era uno de los pocos rockeros argentinos que poseía instrumentos propios de buena marca, traídos de Norteamérica, y que generosamente se los prestaba a otros músicos para sus actuaciones.
Su primera formación, iba a ser como bajista en Pappo´s Blues, sería baterista en el Color Humano de Edelmiro Molinari, bajista en Pescado Rabioso, guitarrista con Billy Bond y la Pesada, formaría Polifemo, y otras bandas que pasarían desapercibidas, tocaría con Sui Generis, y sería junto a Charlie García de las figuras más notables de la superbanda Serú Girán, junto a Moro y Pedro Aznar.
Si figuras como Pappo, Spinetta o Charlie, son capaces de eclipsar al conjunto, la figura de Davies es de esas que nos muestra como muy pocas la totalidad de nuestro movimiento de rock.

El jazz- rock



Es bueno especificar que lo que hoy denominamos rock, es el resultado de medio siglo de búsquedas e integraciones. Si bien en sus inicios allá por los 50, se contaba con una estructura básica que algunos denominarían rock cuadrado, al estilo Elvis Presley, Chuck Berry o Little Richard, esta música se desarrollaría en consonancia a la electrificación de los instrumentos y a nuevas integraciones de géneros. El movimiento de los 60 se caracterizaría por nuevos horizontes musicales que se irían fusionando a la estructura básica del rock y por otro lado el desarrollo de la electrónica, incitaría a sus músicos en la búsqueda de nuevos sonidos. Es así como algunos retomarían al viejo blues, o como en el caso de los Beatles que en un momento se acercarían a la música hindú. Los ejemplos al respecto sobran, y vale precisar que a partir de esta concepción nacería el llamado progressive rock, el rock sinfónico, y el rock latino para nombrar sólo algunos ejemplos.
Para fines de los sesenta iban a aparecer dos bandas estadounidenses que integrarían al rock con el jazz: Blood, Sweat & Tears, y Chicago sumarían a la formación clásica rockera, el componente de instrumentos de viento propios al jazz. Este tipo de fusión particular también llegaría a la Argentina.

Es bueno señalar que en nuestro país existía una tradición jazzistica bastante importante, sólo cabe mencionar al mítico guitarrista Oscar Alemán, quien había integrado la banda de Josephine Baker, y que incluso había sido tentado para formar parte de la banda del legendario Duke Ellington. También se dieron ejemplos de grandes músicos que tuvieron que abrirse paso en el exterior como Lalo Schiffrin y el Gato Barbieri. Si bien el jazz contaba con gran cantidad de músicos, y de gran valía, la mayoría de ellos tuvieron que dedicarse a otros rubros para poder sobrevivir, por ejemplo siendo músicos de cantantes populares o instrumentistas de grabación. Este fue el caso de muchos de los que para el inicio de los setenta iban a conformar las primeras bandas de jazz- rock por estos pagos.
La primer banda en el rubro se llamó Alma & Vida, integrada por el saxofonista Bernardo Baraj, el tecladista y vocalista Carlos Mellino, el baterista Alberto Hualde, el bajista Carlos Villalba, el guitarrista Juan Barrueco y Mario Salvador en trompeta, quien luego sería sustituido por Gustavo Moretto.
Otra banda que emergía por entonces de características similares, fue la del guitarrista Rodolfo Alchourrón, que llevó como nombre Sanata & Clarificación.

1.10.2007

Los blues de Pappo

"Heaven done called another blues stringer back home
Lord, they called another blues stringer back home"

J.V. & friends (Tributo a SRV)

La trayectoria del Carpo es una de las más importantes, entre la de todos aquellos pioneros de nuestro rock, ya que se extendió hasta ese día en que el cielo solicitó su presencia para ser parte de la banda estelar. Como en el Six strings down que hiciera Jimmie Vaughan en tributo a su hermano Stevie Ray, y en el que lo incluyera junto a Muddy Waters, Albert King, Albert Collins y tantos otros genios de las seis cuerdas del blues, estoy seguro que Norberto Napolitano, el inmortal Pappo también debe estar desarrollando junto a todos ellos, esa zapada celestial de la cual se nutren y seguirán nutriéndose todos los nuevos guitarristas del género.
No nos ocuparemos aquí de toda esa trayectoria sino la que va desde sus inicios hasta el Pappo´s Blues, ya que hacerlo de la otra forma exigiría un trabajo bastante extenso y por otro lado nos sacaría del tiempo histórico en el que venimos desarrollando este blog.

Allá por el año 68 Miguel Abuelo, convocaba al Carpo a formar parte de la naciente banda Los Abuelos de la Nada, realizando algunas grabaciones, y también en una gira por Mar del Plata, estaría a punto de ser el cuarto Manal, con los que llegaría a compartir el mismo escenario. De aquella época quedan dos grabaciones hechas por Mandioca, una La Estación con los Abuelos de la Nada, sin Miguel, y el magnífico tema Nunca lo sabrán, en el compilado Pidamos Peras a Mandioca.
Por el año 69 Los Gatos lo convocarían a terminar un álbum que habían comenzado a grabar junto a Kay Galiffi, que se había ido del país, aunque fuera recién en El Rock de la Mujer Perdida, aquel álbum de 1970, donde Pappo nos iría a mostrar toda su valía, ya que en dicha placa Los Gatos se inclinarían a hacer un estilo mucho más rockero. Pero ese mismo año esta banda se disolvería, y al estilo del Experience de Jimi Hendrix, a Jorge Álvarez se le ocurría conformar un trío liderado por Pappo, y complementado con David Lebon en bajo y Black Amaya en batería. El resultado fue realmente explosivo.
Desde su primer disco en el 71 llegaría a grabar hasta el 75, nada menos que seis larga duración, donde algunos integrantes irían a cambiar, Pomo llegaría en lugar de Black, y Machi en reemplazo de Davis, que luego retornarían. Cabe destacar que el Carpo fue también unos de esos grandiosos pesados del Bondo, y que junto a ellos iría a grabar su álbum Pappo´s Blues IV. Luego vendría esa experiencia de Aeroblues junto a Alejandro Medina, pero la historia de este as de la guitarra continuaría sin tener fin.

Algunas precisiones. Lo complaciente y lo progresivo.


Si bien algunos de estos temas los fuimos tocando, es preciso redondear mucho mejor algunos de los obstáculos con los que se topaban nuestros primeros rockeros, y de que forma se fueron imponiendo a ellos, para conformar como le gusta señalar a Moris: la tercera potencia del rock.
Es valedero señalar que en la Argentina de entonces, había un mercado discográfico bien definido y que se orientaba principalmente a editar todo lo que sirva para pasar el tiempo, divertirse, no pensar demasiado, y tener el atributo de bailable. Eso es a lo que se denominaba música comercial o complaciente, ya que estaba producida para generar cantidades exorbitantes de dinero, sin preocuparse demasiado por lo estético ni lo artístico, y mucho menos decir cosas en las letras que marcharan hacia un nivel de conciencia superior del público al que eran dirigidas. El músico complaciente que era conciente de esto sabía que tipo de pescado vendía, obviamente con un olor nauseabundo que sólo algunos pudieron percibir por entonces, y que por poderlo hacer alzaron el puño para generar desde abajo y desde la sombra, un nuevo movimiento musical que se inscribía en los aires de cambio que soplaban por entonces en el mundo, y de lo que el rock n´roll fuera tal vez su vanguardia artística. Ser no comercial ni no complaciente inevitablemente conducía a una posición underground y progresiva que por abajo iba carcomiendo los cimientos de la música pasatista, incluso infiltrándola, por ejemplo con buenos arreglos instrumentales. Pero lo más importante es que fue ganando cada vez muchos más adeptos. “Cada día somos más” rezaba la letra de Billy Bond y la Pesada del Rock, allá por 1971, y esto era bastante evidente, ya que para ese entonces habiendo pasado apenas seis años de vida, la progresiva nacional había crecido considerablemente.

El sistema (el capitalismo) para seguir existiendo necesita reproducirse, es decir tener a la mayoría de la gente pensando en nada, o en cualquier cosa igual a la nada, y por otro lado generar todas las divisas posibles, y esto sin ninguna medida posible contenida por códigos éticos y mucho menos estéticos. La música complaciente es irremediablemente funcional a ello, y sus efectos principales son el reproducir la estupidez al infinito.

Haciendo esta reflexión previa uno podría deducir que para hacer pasatismo, se cuenta con todos los recursos disponibles y que para hacer lo otro, se está en una relación de fuerza sumamente desfavorable, y que para poder revertirla se necesita de un gran esfuerzo, tanto intelectual como práctico. A esto me refería en el capítulo:
  • Algunos emprendimiento: Mandioca, Pelo, Fonum


  • Los grandes sellos discográficos, no sólo podían editar la música sino promocionarla a su antojo, tanto en televisión como en la radio, bombardeando nuestros cerebros tantas veces hasta lograr que un día al levantarnos de la cama, lo hagamos cantando ese tema que después abjuremos, por considerarlo mediocre y abyecto. Pero es bueno decir que la mayoría se levanta cantando eso sin arrepentirse luego, y es más si puede lo compra, y exige que se escuche en cualquier lugar donde vaya.
    El rock argentino es bueno decir, ese que se inicio con los locos de la Cueva y terminó llenado estadios de fútbol, en un país donde este deporte no es cualquier cosa, ese rock nació a contra corriente, ni con el favor de las productoras, ni de los medios masivos, e incluso ni de la gente que había sido educada para entender a la música como sinónimo de baile y divertimento.

    1.09.2007

    Vox Dei


    La leyenda dice que cuando el flaco Luis Alberto Spinetta escuchó a Mach 4, les planteó que como si teniendo todo el idioma a su disposición, ellos podían cantar en inglés; y que esta sentencia resultó decisiva para esta banda de Quilmes. De regreso a casa en tren, uno de sus integrantes comenzó a hacer las traducciones de los temas, para no volver nunca más, a cantar sino en castellano. El grupo pasaría a llamarse Vox Dei, y estaría conformado por Ricardo Soulé en primera guitarra y voz, Willy Quiroga en bajo y voz, Yody Godoy en guitarra rítmica y Rubén Basoalto en batería. Ellos grabarían en el 69 sus primeros discos simples para el sello Mandioca, entre ellos Azúcar Amarga y Presente, para grabar en 1970 su primer larga duración para el mismo sello discográfico, y que llevaría por título “Caliente”. El estilo de esta banda del sur del Gran Buenos Aires, consistía principalmente en un rock simple con gran componente rítmico, entrelazado a algunos temas como Presente o Canción para una mujer que no está. El disco Caliente nos mostraba un muy buen trabajo de guitarras, y donde la rítmica tendría un valor preponderante. También en algunos temas aparecen elementos de percusión, como en No es por falta de suerte, que a su vez contenía bastante de candombe. Completan el disco: Cuero, Reflejos, Total que y Compulsión además de las dos canciones ya nombradas. Por esta primera producción Vox Dei se convertía para ese entonces en la banda con más pureza de rock n´roll, y por esta misma razón no coincido con eso de que ellos crearan un rock melódico, como leí por ahí. Sería similar a catalogar a los Stones o a Zeppelín de la misma forma, por cantar temas como Angie o Stairway to heaven, por nombrar sólo algunos.
    Hablar del disco de Mandioca creo que es importante ya que el sonido que lograron en aquella producción no se volvería a repetir, y a pesar que de las bandas originales, es la única que de alguna forma perduró en el tiempo. Además, la reedición del mismo como Cuero Caliente en 1974 para el sello Disc Jockey, a mi entender no lo equiparía.
    En 1971 vendría La Biblia, que fue la primera obra conceptual del rock argentino, y para la presentación de la misma ya no estaría Yody Godoy que sería reemplazado por Nacho Smilari, ex guitarrista de La Barra de Chocolate.
    Luego vendrían una sucesión de discos, alejamientos y reencuentros.
    Vox Dei se convertiría en pieza fundamental del mito originario del rock nacional.

    1.04.2007

    Arco Iris


    Cuando por los años setenta se hablaba de las bandas más importantes de nuestra progresiva, Almendra y Manal eran los dos primeros nombres que saltaban a la palestra, pero si había que nombrar más, se imponían otros dos nombres y ellos eran los de Vox Dei y Arco Iris.
    Cuando nos tocó hablar de Moris, hicimos referencia a las ideologías de nuestro rock, enfatizando esto de la pluralidad, a pesar de que algunas de ellas no fueran las que mayor densidad lograran en aquel tiempo, y cuando uno piensa en ello el nombre de Arco Iris, es tal vez quien más se nos venga a la mente.
    Esta banda integrada por Gustavo Santaolalla, Ara Tokatlian, Guillermo Bordarampé y Horacio Gianello irían a grabar su primer disco en 1969, y en 1970 ganarían en Mar del Plata el Festival Beat de la Canción Internacional, con el tema Blues de Dana. Esta mujer que daba nombre al blues iba a ser mucho más que un ícono del grupo. Danais Winnycka, fue aquella joven modelo ucraniana que se constituyó en la guía espiritual de Arco Iris que adoptaría por una vida en comunidad, donde para ser parte de ella se debían seguir determinados preceptos, como seguir una alimentación macrobiótica bastante rigurosa, el celibato y la meditación, llevando adelante una firme disciplina de la autoorganización. Este estilo no fue del todo bien visto por el resto de nuestros rockeros que consideraban al grupo como una entidad sumamente cerrada y esotérica.
    Lo que creo que hay que resaltar es la seriedad con la que ellos llevaban adelante no solamente este tipo de vida, sino de que forma ella los embarcó también en una producción musical bastante importante para aquella época. Hay que resaltar que solamente entre 1972 y 1974 el grupo alcanzó a grabar cinco discos larga duración, algunos de los cuales les cabe el nombre de obras conceptuales. En el 72, Sudamérica y el regreso de la Aurora, Suite Nº 1 y Tiempo de Resurrección, en el 73 Inti Raymi y en el 74 Agitor Lucens V. Ya en 1972 con su simple Mañanas campestres la banda iría a tomar una dirección musical de búsqueda en nuestras raíces folklóricas y también latinoamericanas principalmente en lo que hace a la música andina.

    Escuchame entre el ruido- Letra de Moris


    El hombre tiene miedo de ver la verdad,
    de ver que él era algo que no podía definir..
    de ver que al fin su sexo pudo ser o no ser
    que no era absoluto, que podía ser la flor...

    El hombre tiene miedo de su sexo también
    y niega a la mujer que lleva dentro de él
    ¿Qué flor le daré a aquel que vive sin amor?
    la flor de mil y un sexos, la flor de un creador...

    Cuando él era muy pequeño, él sabia vivir,
    todo era pureza, mamá y papá
    si después creció, sufrió y lloró
    ¿dónde estará la flor, dónde está el que se fue?

    Un día la farsanta, nuestra gran sociedad...
    Le dijo mil mentiras, lo metió en un corral,
    le dijo que su sexo él tenía que ocultar,
    la flor se marchitó, no pudo ver el sol...

    También le dijo como él tenia que pensar,
    sentir, vivir, amar y ser un ser normal,
    después le regalo, el caos, la maldad
    y la publicidad por fin lo convenció...

    Te engañaron, ya lo sabes, sino lo sabes también
    con la pluma y la palabra; y con silencio también...
    aunque bien bien lo sabia, la bendita sociedad
    que eras algo más que un sexo y tu cédula de identidad...

    Lo miro a mi abuelo, el era muy viril
    igual que yo, era hombre o mujer
    díganme ustedes, dueños de la moral!!
    la voz de ese viejito ¿es de hombre o de mujer?

    Escúchame, hermano, entre este ruido actual...
    hermano, te lo pido!! ayúdame a seguir
    no esperes que te entiendan ¿por qué lo habrían de ser?
    son solo maquinitas que no pueden fallar...

    Las maquinas fabrican frases para vivir,
    y todos repetimos, sin nunca descubrir
    que la libertad del hombre no era de metal!!
    La máquina triunfó, y el hombre se acabó...

    Ustedes dicen macho, varón y que se yo,
    me meten en un molde como si fuera un flan
    y para recibirme de hombre, no es verdad,
    me tengo que pelear, no tengo que llorar...

    Hablar de las mujeres como cosa que hay que usar,
    tener la pose macha y la voz de arrabal,
    pero yo bien los conozco. No me pueden engañar,
    tienen mucho miedo que los llamen anormal...

    Cuando un niño te sonríe, y él te quiere acariciar,
    cuando lloras y estás solo, y no hay nadie a quien llamar,
    cuando mueres un instante porque estás con ella al fin,
    cuando abrazas a un amigo que lo quieras como a un Dios,

    ¿Están ciegos, son idiotas?
    ¿O qué es lo que pasa aquí?
    ¿O qué es lo que pasa aquí?
    ¿O qué es lo que pasa aquí?


    Moris- Treinta minutos de vida

    1.01.2007

    Moris




    De él ya habíamos dicho que fue uno de aquellos pioneros de la Cueva de la calle Pueyrredón, que junto a los Beatniks había grabado el primer disco del rock nacional, que fue uno de los autores de Ayer nomás, el tema que fuera la contracara de La Balsa, y creo que a pesar de todo eso Mauricio Birabent, más conocido como Moris, merece que nos detengamos un poco más en él, ya que su importancia en los inicios de nuestro rock no fue para nada superflua. En 1970 el sello Mandioca editaría su primer larga duración, que llevaría por nombre Treinta minutos de vida, en el cual podíamos escuchar las letras tal vez más lúcidas de aquella época. Si tuviéramos que hablar de una ideología del rock nacional, seguramente no lo podríamos hacer en singular, tendríamos que hablar de ideologías, pero tendríamos que decir que algunas alcanzaron mayor densidad que otras, y creo que Moris fue un representante cabal de ello. Nuestro inicio no estuvo marcado por una corriente que podríamos denominar hippie, a pesar que se desarrollarían algunas comunidades de ese estilo. Creo que el nombre beatnik no fue en vano, ya que era la expresión de jóvenes desencantados del modo burgués de vida, pero con raigambre sobre todo urbana. Esto estuvo bastante presente en nuestros inicios, sumado a una característica que podríamos denominar casi stone, con gran culto a la deriva callejera, y en contraposición a todo lo que el orden social establecía como “normal”. Este posicionamiento llevaba a cuestionar duramente a todos aquellos que parecían adoptar una posición, más por moda que por convencimiento real.
    “Sos el burgués más corrompido que existe y te engañás pensando que sos un hippie” decía Moris en Pato trabaja en una carnicería. “Hay una cosa que sirve,que sirve a esta humanidad, y es darse cuenta que nada sirve si uno lo usa para escaparse de uno mismo.” Decía en De nada sirve.
    Las letras de Moris si tuvieron algún parentesco fueron principalmente con las que Javier Martínez, hizo para Manal, y tal vez no haya sido casualidad que el baterista también haya sido integrante de los Beatniks. Si Moris decía que en el techo sólo se podía ver un techo, Javier en Informe de un día iba a decir que en el techo sólo podía ver yeso. Ambos hablaban de la soledad en las grandes ciudades: “Ay, ¿qué puedo hacer? Estoy solo y todos pasan a mi lado. Nadie me mira o si me mira es para encerrarme. Estoy muy encerrado.” decía Moris, mientras que Javier en Necesito un amor: “Todos muy solos están se miran sin comprender”, “Es inmensa la ciudad solitario en la multitud...” Tal vez en Moris no se encontraba esa obsesión por el tiempo tan presente en las letras de Martínez, pero las coincidencias fueron bastantes. Ambos hablaban de la cotidianeidad de los jóvenes de aquel tiempo.