1.01.2007

Moris




De él ya habíamos dicho que fue uno de aquellos pioneros de la Cueva de la calle Pueyrredón, que junto a los Beatniks había grabado el primer disco del rock nacional, que fue uno de los autores de Ayer nomás, el tema que fuera la contracara de La Balsa, y creo que a pesar de todo eso Mauricio Birabent, más conocido como Moris, merece que nos detengamos un poco más en él, ya que su importancia en los inicios de nuestro rock no fue para nada superflua. En 1970 el sello Mandioca editaría su primer larga duración, que llevaría por nombre Treinta minutos de vida, en el cual podíamos escuchar las letras tal vez más lúcidas de aquella época. Si tuviéramos que hablar de una ideología del rock nacional, seguramente no lo podríamos hacer en singular, tendríamos que hablar de ideologías, pero tendríamos que decir que algunas alcanzaron mayor densidad que otras, y creo que Moris fue un representante cabal de ello. Nuestro inicio no estuvo marcado por una corriente que podríamos denominar hippie, a pesar que se desarrollarían algunas comunidades de ese estilo. Creo que el nombre beatnik no fue en vano, ya que era la expresión de jóvenes desencantados del modo burgués de vida, pero con raigambre sobre todo urbana. Esto estuvo bastante presente en nuestros inicios, sumado a una característica que podríamos denominar casi stone, con gran culto a la deriva callejera, y en contraposición a todo lo que el orden social establecía como “normal”. Este posicionamiento llevaba a cuestionar duramente a todos aquellos que parecían adoptar una posición, más por moda que por convencimiento real.
“Sos el burgués más corrompido que existe y te engañás pensando que sos un hippie” decía Moris en Pato trabaja en una carnicería. “Hay una cosa que sirve,que sirve a esta humanidad, y es darse cuenta que nada sirve si uno lo usa para escaparse de uno mismo.” Decía en De nada sirve.
Las letras de Moris si tuvieron algún parentesco fueron principalmente con las que Javier Martínez, hizo para Manal, y tal vez no haya sido casualidad que el baterista también haya sido integrante de los Beatniks. Si Moris decía que en el techo sólo se podía ver un techo, Javier en Informe de un día iba a decir que en el techo sólo podía ver yeso. Ambos hablaban de la soledad en las grandes ciudades: “Ay, ¿qué puedo hacer? Estoy solo y todos pasan a mi lado. Nadie me mira o si me mira es para encerrarme. Estoy muy encerrado.” decía Moris, mientras que Javier en Necesito un amor: “Todos muy solos están se miran sin comprender”, “Es inmensa la ciudad solitario en la multitud...” Tal vez en Moris no se encontraba esa obsesión por el tiempo tan presente en las letras de Martínez, pero las coincidencias fueron bastantes. Ambos hablaban de la cotidianeidad de los jóvenes de aquel tiempo.