8.08.2022

BB King y Lucille- Una historia de amor que venció al tiempo

 


Cuando promediando los ’60 se daban los grandes éxitos discográficos tanto de los Beatles como de los Rolling Stones, emergían la psicodelia y la cultura del rock. Muchos jóvenes por ese entonces se inclinaban a escuchar a viejos mitos del Blues como Robert Johnson y Elmore James. Se trataba de imbuirse de ese espíritu negro e intentar desde ahí producir una nueva versión del blues y el rhythm’n’blues. A eso se lo denominó en ese tiempo: Blues blanco.

Lo cierto es que desde los 50, de forma bien subterránea, había varios bluseros negros de gran talento, que si posteriormente fueran sumamente conocidos fue gracias a que esos jóvenes de los 60 se empecinaron en llevarlos a los primeros planos. Tanto es así que un desconocido Muddy Waters fue conducido al escenario por los Stones para que juntos realizaran esas composiciones que tenían su origen el Delta del Mississippi.

Al igual que Muddy, también estaban los King -Albert, Freddie y B.B.-, Albert Collins, John Lee Hooker, entre muchos más.  La mayoría de ellos con edades cercanas a los 40 años, salían del anonimato en el que habían desarrollado hasta ahí su incipiente carrera artística. En lo que sigue nos referiremos a ese gran guitarrista que se llamó B. B. King y que fue considerado como el Rey del blues.

Quien escribe se enteró de la existencia de BB cuando en una Revista Pelo o Pinup, el guitarrista argentino Claudio Gabis del trío Manal, lo nombrara como a uno de sus gustos preferidos. Al encontrar en una disquería su larga duración Indianola Mississippi Seeds, que en la tapa mostraba una sandía con forma de guitarra, no dudó en adquirirlo. Una delicia en la que se podían oír esos fraseos que seguramente inspiraron a Gabis en temas como Avellaneda Blues.

BB nació el 16 de septiembre de 1925 en Itta Bena, una pequeña ciudad en el Estado de Mississippi. Habiendo fallecido en 2015 a los 90 años llevó adelante su producción hasta casi sus últimos días. Realizó cerca de treinta álbumes y compartió escenario a lo largo de su vida con los grandes bluseros de su tiempo. Muchos de ellos añoraban hacer presentaciones con el Rey. Recordemos la importancia que le dio a ello el ya extinto guitarrista argentino Pappo, cuando ambos se presentaron en un inolvidable show en el Madison Square Garden.

Lucille

Los grandes guitarristas, de cualquier género, serán recordados por sus interpretaciones, por los sonidos que le hacen emerger a un instrumento. BB King tuvo la particularidad de que además, siempre se recordará a su guitarra con nombre de mujer.

Cuenta la leyenda de que en 1949 cuando BB estaba tocando en un salón de baile en Arkansas, dos hombres comenzaron a pelearse, produciendo un incendio. Todos tuvieron que huir del sitio. BB entró de repente a buscar el instrumento que había quedado entre las llamas. Los dos hombres murieron quemados. Se supo que peleaban por una mujer llamada Lucille. BB bautizó con ese nombre a la guitarra que logró rescatar.  

Un debate nunca realizado es ese en el cual, no se sabe perfectamente qué es lo que más atrae de una mujer a un hombre. Si son las carnes o las formas. La primera opción pareciera desmentida hoy por lo que se dio en llamar Sexo virtual. Las formas bien curvadas de una guitarra recuerdan las formas de una bella mujer.

Los gemidos bluseros que siempre emergieron de Lucille, indicaban que ella nos recordaba que su amante lo hacía de la mejor forma. Siempre se sintió profundamente amada.

Cabalgando junto al Rey

En junio del año 2000, se publicaba un trabajo conjunto realizado por dos emblemas del blues. Eric Clapton junto a BB King lanzaban Riding with the King. Ambos habían coincidido muchas veces en el escenario pero nunca habían realizado una obra de estudio en conjunto.

Clapton desde mediados de los sesenta representó siempre al guitarrista blanco de blues más notorio. Habiendo salido de la innumerable cantera de los bluesbreakers de John Mayall y luego conformando el poderoso trío Cream junto al bajista Jack Bruce y el baterista Ginger Baker desde muy joven Clapton se transformó en una verdadera estrella.  En los primeros años setenta los tres integrantes del grupo eran considerados por las principales revistas especializadas de rock como los mejores ejecutantes de sus instrumentos.

Que se hayan juntado Clapton junto a BB para realizar una obra conjunta representó un verdadero logro y ese disco algo que no debe faltar entre los coleccionistas y melómanos.

Ambos habían compartido antes, entre otras cosas, el sentido homenaje al extinto Stevie Ray Vaughan. Otro gran emblema del Blues.

3.14.2022

Santana, padre del rock latino

 


En el Festival de Woodstock irrumpió una extraña banda que con una base rítmica influida por músicas latinas principalmente caribeñas; lograba un éxtasis propio de la psicodelia rockera o blusera. Era el grupo del extraordinario guitarrista mexicano Carlos Santana, el hombre que le dio un nuevo giro al rock.

Cuando se hace la historia del rock es casi imposible no entrar en una fuerte dicotomía. En los años 50 surgió como un estilo musical transgresor que no se puede homologar a lo que aconteció una década después con el mismo significante. Aquel estilo fuertemente rítmico que inmortalizaron figuras como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard o Bill Halley y sus Cometas; entrada la década del ’60 ya dejó de ser un simple género musical para convertirse en lo que muchos denominaron la cultura del rock.

Lo que surgió en los ’50 fue un género musical que podía interpretarse como la versión blanca del afroamericano Rhythm and blues, mientras que en los 60 al calor de una muy fuerte oleada contracultural, emergió un movimiento que si bien su principal expresión fue la música, logró excederlo plenamente. Sobre la base rítmica del rocanrol de los ’50, más la utilización de todo lo que ofrecía por entonces el avance de la tecnología electrónica, los nuevos intérpretes incursionaron en diferentes estilos creando uno de los productos más maravillosos del quehacer estético humano.

En el rock de mediados de los 60 hacia adelante, los principales exponentes, tanto bandas como solistas comenzaron a realizar tipos de experimentación musical hasta ese entonces inédito. Se trataba de conservar cierta base bien ligada al rocanrol, pero aprovechando las diferentes tecnologías emergentes de ese tiempo. La potencia sonora, los efectos, las distorsiones, la incorporación de los nuevos órganos electrónicos hizo que sobre la base rockera se pudiese incursionar o fusionar otros estilos.

La influencia de la música oriental en los Beatles fue muy importante. Surgieron algunas grandes bandas que fusionaban al jazz con el rock. Chicago; Blood, Sweat & Tears fueron dos grupos emblemáticos. También el denominado rock sinfónico con bandas como Yes, Genesis, Pink Floyd o Emerson, Lake & Palmer. Hay muchísimos ejemplos al respecto. En esta nota quisiéramos destacar lo que llevó el nombre de rock latino.

En el transcurso de la película Woodstock (1969), que mostraba las distintas actuaciones de las agrupaciones que estuvieron presentes en aquel célebre festival que nucleó en la campiña estadounidense a miles de jóvenes, pudo verse a una extraña banda que con una base rítmica influida por músicas latinas principalmente caribeñas; lograba un éxtasis propio de la psicodelia rockera o blusera. Era el grupo del extraordinario guitarrista mexicano Carlos Santana.

En donde el sonido de la banda se tornaba sumamente intenso, principalmente por efecto del órgano y las percusiones, irrumpía el fraseo enloquecido de la guitarra de Santana. Un instrumento que iría a sonar bajo las reglas clásicas del blues o el rock psicodélico, aunque deslizándose –sin perder la energía-  hacia esas melodías caribeñas, como el bolero, la rumba, el Calipso o el merengue. Antecedentes de este estilo seguramente fueron esos encuentros furtivos en ciertos lugares del Caribe, entre instrumentistas de jazz y músicos de salsa.

Carlos Santana, nacido en 1947 en Autlán de Navarro, Jalisco, desde niño recibió una fuerte formación musical. Su padre era un violinista de los grupos de mariachis. Si bien Carlos había comenzado también como violinista, luego se inclinó por la guitarra, escuchando mucho blues, principalmente a B. B. King, T-Bone Walker y John Lee Hooker con quienes ya siendo conocido, pudo compartir escenarios. Poco se dice que su gran maestro fue el guitarrista mexicano Javier Bátiz que para todos aquellos que alguna vez escucharon su discografía fue un gran cultor de un rock emparentado en su sonido al de Eric Burdon & the Animals o al de ese maravilloso grupo inglés Spencer Davis Group en el que descollaba la voz de Stevie Winwood. El estilo de Bátiz estaba emparentado principalmente al rock and roll y el rhythm and blues, cantando incluso, en inglés.

Santana iría más allá del estilo de su maestro y crearía el rock latino. Muchos de sus temas estaban cantados en español, tal como los clásicos Guajira, Oye como va o Se acabó. Aunque se destacaban esos grandes interpretaciones fundamentalmente instrumentales como fueron Sacrifice soul (tema que se puede ver en Woodstock), Jingo o ese precioso bolero Samba pa ti, en el que Santana mostraba toda su creatividad con la seis cuerdas. Hoy está considerado uno de los mejores guitarristas formados a fines de los sesenta, compartiendo muchas veces el escenario junto a Eric Clapton.

Menos conocida en ese género es la agrupación Malo, fundada en 1970 y que tuviera como líder casualmente a Jorge Santana, hermano de Carlos. Un grupo que fusionaba lo latino con el jazz y el blues. Tuvieron gran éxito con temas como Suavecito o Café.

En 1969 se formaría en Inglaterra la banda Osibisa, conformada por músicos africanos y caribeños. Ellos mostrarían en sus producciones todo el encanto de los ritmos que la cultura afro desarrollaría en las islas del Caribe. Un gran éxito discográfico fue en 1975 el tema Sunshine Day. Osibisa según sus integrantes significaba "cruce de ritmos que estallan de alegría",

El término rock latino fue cambiando de significación para nombrarse así a todas esas bandas conformadas por músicos latinoamericanos aunque no practicaran ese estilo desenfrenado que creó Carlos Santana.

 

 


12.18.2020

Tecnología, Internet y los viejos discos. El revival del rock en las redes


 Con la irrupción del uso masivo de Internet, se ha dicho en una nota anterior que la gran red de conexión funcionó como una gran aspiradora que fue metiendo en su interior a las más diversas expresiones culturales. El buscador Google pasó a ser la puerta de entrada a un universo digital que aparentemente duplicaba la realidad. Más allá de la suposición, no todo estaba en la red. Podía inferirse que lo que en ella no se encontraba era porque no estaba bien buscado, pero en Internet sólo está lo que alguien se prestó a subir o en todo caso a los resultados que pueden devenir de la intervención de los logaritmos.

Si alguien no realiza el conteo de arboles presentes a  lo largo de cierta avenida, para luego subir esa cifra a algún sitio de internet, ese número nunc a estará presente por más que se utilicen los mejores buscadores. Lo dicho pareciera una perogrullada, pero espontáneamente muchos creen que vaya a saber por qué mecanismo,  la realidad es transferida a la red. Resulta importante decirlo ya que depende de la acción de ciertos sujetos el hecho de que a partir de Internet se produzcan determinados acontecimientos.

Con la llegada masiva de Internet, los usuarios no sólo comenzaron a utilizar la red para conectarse a través de correos electrónicos o mensajeros, sino que considerándola como un enorme vientre lleno y a la vez bastante libre, se prestaba a que allí se encuentre para descargar la música de todos los tiempos, las producciones cinematográficas, libros, diversos textos, etc.  El mentado acceso libre hizo que alguien como el filósofo esloveno Slavoj Zizek, considerase por entonces que Internet podía ser el lugar en el que tenga desarrollo el comunismo. El tiempo fue mostrando que el capitalismo no se permite resignar ningún lugar proclive a desarrollar ganancias y de a poco fue privatizando a la gran red.  De todas formas hubo experiencias que bien vale mencionar.

El revival del rock argentino

La música de grupos como Manal, Almendra, Vox Dei o Arco Iris; ya parecía sepultada en un tiempo remoto. Algunos sellos discográficos podían editar algunas selecciones que tal vez ni siquiera representaban bien lo que los viejos fans de esos grupos conservaban en su memoria. Sin embargo quedaban esos coleccionistas melómanos que mantenían material muy bien preservado y que se prestaron a compartirlo en internet.

No era una tarea simple, ya que a los viejos discos de vinilo, había que ripearlos de la mejor forma y que mantengan el sonido clásico, en su versión digitalizada. Transformar las pistas de un disco en mp3 para que sea accesible a remotos usuarios, no fue algo que se hizo solamente en la Argentina. Lo que si vale destacar es que si hubo un género musical que fue proclive a ser compartido, fue principalmente el rock de los 60- 70.

Si elegimos de modo arbitrario al año 2005 para indicar un tiempo aproximado, fue por ese entonces cuando irrumpieron en la red, una gran cantidad de blogueros que comenzaron a subir en esos soportes, enlaces para descargar toda esa música que cuidadosamente habían seleccionado para compartir. La tarea que emprendieron fue muy interesante porque además fueron adosando datos de las viejas bandas. El que encontraba a un grupo como Pescado Rabioso no sólo podía descargar su música, sino que podía leer parte de la historia y quiénes habían sido sus integrantes. De esta forma fue que el viejo rock rioplatense traspasó los límites que su tiempo le había impuesto.

 Por historia, por cultura, el rock argentino es un híbrido bastante interesante, tanto por el sitio geográfico donde se desarrolló, por haberse planteado cantar en castellano y porque en el momento de su aparición, resultaba una acalorada utopía que fuera conocido mucho más allá de nuestras propias fronteras. El mercado discográfico latinoamericano o español por ese entonces no era un espacio propicio para su propagación. Con respecto al mercado propiamente inglés o estadounidense, poder irrumpir ahí era casi imposible, ya que se cantaba en otro idioma, nuestra música era bastante underground, se contaba con pocos recursos tecnológicos y por otro lado, existía en una lejanía exótica. Las bandas que lograban meterse en esos rankings, siendo alemanas, holandesas o suecas lo hacían cantando en inglés.

 

La imposibilidad de aquel tiempo, con la irrupción de Internet se modificó. En una nota de la Revista Rolling Stone, escrita por Juan Ortelli aparecida en octubre de 2006, el autor señalaba  que la avanzada psicodélica estadounidense buscaba inspiración en Luis Alberto Spinetta, Pappo y todo el rock argentino de aquellas épocas. Noel Harmonson, vocalista de los Comets on Fire decía ahí: “Algunos de mis amigos y yo creemos que los discos de ese período particular del rock argentino (fines de los 60, principios de los 70) están entre los mejores del rock n´roll de todos los tiempos. Por su...sensibilidad.”

Dentro de nuestras fronteras, el viejo rock de acá, pudo salir de la encerrona en antiguos armarios. No fueron pocos los músicos que le cedieron a los blogueros material inédito que los sellos discográficos cajoneaban por considerar no redituable. Esto generó tensiones incluso legales. Lo cierto es que esa mítica música que se había originado en La Cueva de la calle Pueyrredón volvía al ruedo. Algo significativo fue que comenzara un ciclo en la misma Casa Rosada bajo el nombre de Música en el Salón Blanco. Allí volvieron a tocar en diferentes presentaciones -entre los años 2005 y 2007- los viejos íconos del rock argentino.

 

 

 

 

12.08.2020

Underground, ayer y hoy


 Durante el siglo pasado, diferentes camadas de jóvenes formados en la contracultura, la protesta social y la revuelta política encontraron en esa modalidad llamada underground, su principal modo de expresión. Hoy, la utilización masiva de internet, no hizo desaparecer todas las expresiones nombradas, sino que funcionando como una gran aspiradora, ubico todo en un nuevo soporte.

Sin la más mínima intención de realizar una apología generacional, es inobjetable que entre mediados de los 60 y pasada media década del 70, se produjo en el mundo, un cuestionamiento global a la sociedad existente, como tal vez no se hizo en ningún otro tiempo. Lo más interesante es que ello fue llevado adelante por los jóvenes de entonces casi sin mediaciones. No era algo que se heredaba sino la irrupción de lo nuevo. En muy pocos casos se podría decir que los padres de aquellos jóvenes estaban de acuerdo con las actividades de sus hijos. Era un tiempo de ruptura en la que las relaciones familiares se tensaban en su aspecto generacional.

Era el tiempo en el que el pelo largo o la barba eran vistos tanto con desprecio como peligrosidad. Gran parte de los jóvenes “sin la gomina, ni la oficina” –como rezaba aquella canción del dúo Pedro y Pablo- emprendían un nuevo rumbo. Esta pequeña introducción sobre un tiempo aún poco estudiado, fundamentalmente en su aspecto cultural e ideológico, sirve para adentrarse en lo que por entonces se llamaba underground o subterráneo, y que prosiguió de diferentes modos hasta la actualidad.  Imposible llevar adelante una apología generacional, cuando también hubo jóvenes que sí usaban “gomina” -metafóricamente hablando-, como muchos otros que comprometidos en su tiempo, luego renegaron de todo y también aquellos que al igual que el personaje de Guillermo Francella se quedaron en ese tiempo, vestidos de blanco y negro, sin incorporar todo lo nuevo que fue emergiendo.

Las diferentes camadas de jóvenes formados en la contracultura, la protesta social y la revuelta política encontraron en esa modalidad llamada underground, su principal modo de expresión. Una cultura que intentaba escindirse de la masividad generada por la televisión y los otros medios de ese tiempo. Si bien en su gran mayoría las diferentes vetas artísticas y estéticas no pretendían salir de ese plano, ya que a sus creaciones las consideraban a un nivel que no debiera contaminarse con lo masivo; se puede decir que eso podía ser lo reverso en lo concerniente a las vanguardias políticas que sí pretendían y también necesitaban alcanzar la atracción de las masas. 

Una manifestación musical como fue Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota que naciera en ámbitos casi reducidos y que lograra una masividad considerable, sin perder su espíritu contracultural, es un fenómeno bastante interesante que como experiencia incluso podría servir a las expresiones políticas de izquierda, para exceder el rango de elite. Considerando las obvias diferencias.  

Si bien la irrupción de lo subterráneo se pudo percibir durante los sesenta, resulta un antecedente considerable el surgimiento de la Generación Beat tras la posguerra, en los años 50. De todos modos las condiciones materiales para que exista lo under ya comenzaron a darse con el surgimiento de las grandes ciudades y principalmente con la irrupción de la sociedad de masas, propia a la existencia de medios de información y reproducción ampliada del quehacer cotidiano. Lo under vendría a ser ese recoveco en donde se puede reproducir todo ese inconformismo y desencanto que genera la sociedad de masas.

Con la irrupción generalizada en los 80 tanto del Pop como de la cultura mainstream, convencional, no son pocos los que intentaron mostrar que el underground había sido completamente sepultado bajo tierra y que ya ni siquiera tendría la posibilidad de retornar como aquel Viejo Topo del que hablara Karl Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte.  

Lo cierto sí es que entre el tiempo señalado (Los 60-70) a la actualidad es posible rastrear diversas modalidades de expresión y comunicación que se fueron dando hasta la irrupción del uso masivo de internet, y que hoy también tienen cabida en esa imponente red de conexión. Describir o señalar todo eso tal vez sea una labor bastante ardua, y por tal motivo nos referiremos sólo a algunos casos significativos. Un término que comenzó a utilizarse durante los 80 para nombrar o asociar al espacio del que se viene hablando, fue también el de lo alternativo.

Desde inicios de los 80 se produjo la propagación de las radios de Frecuencia Modulada, las FM, que con bajo costo y llegando a un radio geográfico reducido de oyentes, lograban introducir temas propios a esa zona, o ser difusoras de música que no se escuchaba en las radios AM. Nacidas bajo la impronta de las radios piratas, poco a poco fueron sucumbiendo no sólo por dificultades económicas, sino porque las grandes emisoras de Amplitud Modulada fueron creando sus propias FM con recursos y tecnología imposibles de equiparar e incluso con una amplitud de llegada comparable a las AM.

Un fenómeno bastante interesante, surgido con el retorno de la democracia en el 1983, fue la aparición de diversas revistas y publicaciones de circulación alternativa. En estos medios impresos era posible leer a poetas desconocidos, encontrar entrevistas  a artistas e intelectuales de los que ningún medio masivo podría interesarse. Ahí podía encontrarse información sobre determinadas actividades, como el Teatro Independiente, talleres literarios o grupos de estudio tanto de filosofía como de psicoanálisis lacaniano (que por entonces no se había pasado al mainstream). Estas publicaciones se vendían mano a mano, en las mesas de diferentes agrupaciones estudiantiles y principalmente en eventos como podría ser un recital, una marcha o cualquier encuentro cultural. Tanto las FM como las publicaciones alternativas, tuvieron gran incidencia hasta los primeros años de este siglo.

Algo sumamente de interés fue, en 2001, la irrupción de diversos centros culturales surgidos en espacios recuperados, ya sea viejas fábricas o casas abandonadas o clubes de barrio en los que ya no había casi actividad. Se dio esto bajo una oleada popular que propiciaba la recuperación del espacio público, entre ellos construir plazas o parques o incluso huertas colectivas en lugares como ser vías por las que ya no pasaba ningún ferrocarril. Esos centros culturales cobijaban, entre otras cosas; a músicos, artesanos, actores, poetas que brindaban talleres o realizaban actividades públicas. La aparición masiva de las murgas se fue dando en este contexto.

La utilización masiva de internet, no hizo desaparecer todas las expresiones nombradas, sino que funcionando como una gran aspiradora, ubico todo en un nuevo soporte. Esta acción se produjo duplicando la realidad, haciendo que la denominada virtual, pasara paulatinamente a ser preponderante. Hoy se puede ver que el tradicional diario de papel, va quedando relegado a partir de que el mismo contenido es posible encontrarlo en la red. De todas formas el uso indiscriminado de internet provoca más allá de la supuesta hiperconexión, un estatus certero de desmovilización en cuanto a la relación efectiva entre los cuerpos.

Si bien Internet comenzó a utilizarse de forma domiciliaria promediando los 90, recién con la aparición de la Banda Ancha desde los primeros años de este siglo, fue cuando comenzó su irrupción masiva. El uso particular implicaba que el usuario conectara su computadora a la línea de teléfono con una velocidad de conexión muy baja. La Banda Ancha por su parte es una conexión propia de mucha mayor celeridad. Desde su aparición produjo el surgimiento casi masivo de los cibercafés que se extendió hasta aproximadamente el 2007- 2008, cuando la mayoría de la población pudo acceder a su conexión casera.

Con internet se comenzó a dar el hecho de que muchas de las viejas expresiones subterráneas volvieran a cobrar vida de otra forma. Desde ese tiempo hasta la actualidad, transcurridas poco menos de dos décadas hay cosas que fueron cambiando sustancialmente. La proliferación de los llamados algoritmos y el condicionamiento que fueron generando los buscadores hizo que hoy la vida en la red ya no sea igual, y que la variedad de expresiones contraculturales ya no tengan las mismas licencias, con las que se contaba en ese tiempo.

En una próxima nota, que será la continuación de ésta, nos referiremos a esas diversas expresiones se lo under que fueron cobrando vida con la utilización masiva de internet. 

11.16.2020

Apuntes sobre el reggae jamaiquino- Música que lucha


Nacido en Jamaica a fines de los 50, el reggae une la religiosidad y espiritualidad de los esclavos africanos con una fuerte propuesta cultural y política.

La conquista del continente americano en su conjunto tuvo como uno de sus pilares el desplazamiento de enormes contingentes de población africana para ser convertidos en fuerza esclava. Poco se sabe sobre este proceso de inmigración forzada. Lo que no se puede soslayar es la importancia étnica y cultural que tuvo y tiene lo afro en el desarrollo de nuestras sociedades. En algunas notas precedentes -publicadas en este mismo sitio- quien escribe hizo referencia a la influencia africana en estilos como el blues o el soul que tuvieron su desarrollo en los Estados Unidos. De todas maneras esta marca cultural afro tuvo incidencia a lo largo de todo el continente. En el Río de la Plata el candombe es un estilo que fue cultivado en ambas orillas. En la mayoría de los estilos surgidos es posible encontrar una gran densidad rítmica, cierta religiosidad y una marcada espiritualidad atormentada por la opresión, pero lo que no es tan común es la existencia de un género como el reggae jamaiquino en el que las cualidades señaladas se complementan con una fuerte propuesta cultural y por qué no política en la que ya no se tratará sólo de la situación particular de los jamaiquinos sino de la emancipación de todo el continente africano y de su población migrada hacia otros sitios.

El reggae es un estilo musical surgido en Jamaica a fines de los ’50 principios de los ’60. Su impronta está íntimamente ligada al rastafarismo. Musicalmente hablando es el resultado de una fusión de ritmos caribeños, soul, jazz y una singular base rítmica de procedencia africana. Vendrá a ser así un desarrollo de otras músicas de la isla como fueran el rocksteady y el ska. Coincide además con el surgimiento de la industria discográfica en Jamaica y la independencia del Reino Unido en 1962. El movimiento rastafari surgió promediando la década del ’20 en los suburbios marginales de Kingston y zonas rurales en donde vivía la población afrodescendiente. Tuvo gran importancia en ello el predicador Marcus Garvey quien desde la Asociación Universal para la Mejora del Hombre Negro (UNIA, por sus siglas en inglés) fue quien acercó la idea de emancipación ligada a la llegada al trono del imperio de Etiopía del primer rey negro africano, Haile Selassie I quien en el rastafarismo vendrá  a ser un heredero de la divinidad y a su vez el guía que conducirá a todos los africanos dispersos por el mundo hacia la tierra prometida que es naturalmente África. De tal manera los hombres negros de los barrios pobres sostendrán la idea de acercarse espiritualmente a la idea de liberación que encarna el legendario emperador etíope. La música de reggae será parte sustantiva de la praxis emacipatoria.

Roots, rock, reggae.

Se podría afirmar con una aproximación cercana a lo certero que el nacimiento del reggae coincide con la irrupción de la cultura rock que integrándose a estilos musicales, propios de Jamaica y el Caribe, le darán a la música rastafari un estilo bien particular.

Si existe alguna figura descollante del género éste será sin dudas Bob Marley. Nacido en Nine Mile, Saint Ann, Jamaica el 6 de febrero de 1945, a principios de los ’60 se verá influenciado principalmente por la música proveniente de los EEUU como el rock y el R&B.  Tras sumergirse profundamente en la cultura rastafari Marley junto a Bunny Wailer y Peter Tosh conformaron la banda The Wailers y arrancaron con el estilo característico que hizo conocer mundialmente la propuesta jamaiquina. 

De gran interés sería rastrear las letras de las composiciones de Marley, pues allí uno podrá encontrar el sentido que le dio a su producción y que hizo que lo nombren como el "sumo pontífice del reggae” y difusor del rastafarismo por fuera de Jamaica. En Africa unite expresará el deseo de unidad de los africanos dispersos por el mundo para juntos encaminarse hacia la tierra prometida. En la terminología rastafari Zion representa ese lugar mientras que Babylon será el mundo en el que prima una vida alienada estructurada principalmente por las formas que emanan del capitalismo. Zion no será en tal sentido sólo un terruño sino un estado subjetivo en el que prime la dignidad.

Muy pronto el reggae sería bienvenido entre los íconos del rock, tanto es así que figuras como Eric Clapton, Mick Jagger o Stevie Winwood grabarían temas de este estilo musical. En el caso del vocalista de los Rolling Stones cabe señalar que junto al wailer Peter Tosh harían el tema Walk and dont look back. Desde finales de los ’70 cuando el reggae se internacionalizó hizo que su propuesta musical y cultural fuera adoptada en distintos países. En el Reino Unido surgieron bandas como Steel Pulse y UB40. Tendrían ellas un gran impacto comercial e irían consolidado en Europa un público específico para el reggae. La inmigración creciente de africanos a Europa fue creando un basamento sólido para el desarrollo de esta música en el viejo continente.

El desarrollo del reggae en lugares alejados de Jamaica se dio en tanto este género pudo franquear limitaciones tanto geográficas como idiomáticas. A diferencia del rock que se expandió por el mundo casi sin transgredir su enunciación en lengua inglesa –salvo excepciones notables como la del rock argentino- el género jamaiquino logró generar adeptos que hicieron esa música en idiomas diversos. Abundan expresiones musicales que cantan este estilo en lengua francesa o española. Existen además expresiones muy interesantes que surgieron en diferentes países africanos que combinan nuevos ritmos y entonación en lenguas nativas. Hoy se podría considerar al género como una parte importante del desarrollo de la world music, y como uno de los estilos más emparentados a los movimientos antiglobalización.

 

11.05.2020

Soul, derechos sociales y Ku Klux Klan

 Un género radicalmente negro que no fue simplemente un estilo musical, sino más que nada una actitud, una proclama, una muestra acabada de la dignidad de la población afroamericana.

“I look inside myself and see my heart is black”

Paint it Black- (Jagger- Richards)

 

“With the power of soul anything is possible”

Power of Soul- (Jimi Hendrix)

 

El 11 de diciembre de 1964 se producía en la ciudad de Los Ángeles (EEUU) un crimen bastante oscuro. En una de las piezas de un motel de esa ciudad californiana encontrarían el cadáver de Sam Cooke en horas de la madrugada. Cooke está considerado como uno de los padres de la música soul. Además de haber sido ejecutado por un disparo hecho con la precisión propia que tienen los sicarios, el cuerpo ofrecía una cantidad de golpes realizados con inusitada violencia. Lo curioso es que quien se atribuyó el asesinato fue Bertha Lee Franklin, la encargada del hotel. La mujer declaró que tuvo que asesinarlo debido a que el cantante negro quería violar a una joven. El caso sin demasiadas vueltas fue cerrado con la versión de la hotelera. Se sospecha que detrás de esa muerte estaba una formación del Ku Klux Klan. Ese mismo año la organización ultraderechista había asesinado a los trabajadores miembros del movimiento por los derechos civiles Chaney, Goodman, y Schwerner en Misisipi. Sam Cooke también había sido parte de ese movimiento y desde hacía tres años había creado su propio sello discográfico SAR Record. Recordar este hecho no es ocioso es parte de lo que se intentará señalar en esta nota.



 Por lejos el soul, no fue simplemente un estilo musical, sino principalmente una actitud, una proclama, una muestra acabada de la dignidad de la población afroamericana. La impronta del soul tendría toda su relevancia en la década del ’60 aunque sus bases comenzarían a desarrollarse en la sociedad norteamericana de la posguerra. Una sociedad marcada por el empobrecimiento de las capas populares y un alto índice de segregación racial. La revolución soul se produciría simultáneamente con la irrupción de la cultura del rock, y si bien alcanzarían algunos rasgos comunes, eran ellas, marcas bien diferenciadas que tendrían entre sí una implicancia mutua decisiva y considerable, no siempre muy explicitada que tal vez debiera alcanzar mayor perceptibilidad. En aquel tiempo resultaba casi una obviedad, pero pareciera que con el correr del mismo, aquella evidencia se hubiese desdibujado.

Tanto el rock como el soul eran hijos directos del rhythm & blues, una música afroamericana surgida tras la gran depresión del ’30. El rock es considerado como la versión blanca de ese estilo acompasada a nuevas melodías, mientras que el soul realizaría una operación similar pero reflotando un viejo estilo afroamericano como el gospel.

La irrupción soul se daría de la mano de una importante movilización social como fue el Movimiento por los Derechos Civiles, encabezado por Martin Luther King, el cual promovía derechos para la población negra que en aquel momento eran solamente privativos de los blancos, como así también emergían por entonces grupos radicales como fuera el Black Panther.

Importantes sellos discográficos como Motown y Stax se convertirían en difusores principales del naciente Soul, dando lugar a la aparición de figuras como Ray Charles, James Brown, Salomón Burke y Sam Cooke, sumándose posteriormente Otis Redding, Wilson Picket, Aretha Franklyn, Stevie Wonder, The Tempations, Marvin Gaye, entre muchos más.

Tras el cobarde asesinato de Martin Luther King, el movimiento soul se radicalizaría dando nacimiento a un estilo también más duro como fuera el funk, que tuvo a James Brown como uno de sus principales cultores y a esa tremenda banda que muchos descubrirían en Woodstock y que era Sly & The Family Stone.

El soul fue desde un inicio negro sobre negro, gospel sobre R&B, pero todos los exponentes de este estilo nunca dejaron de versionar a las estrellas blancas del rock. Un resultado magnífico de esto fue por ejemplo un excelente disco de tributo soul a los Beatles. También rockeros como Rare Earth o Spencer Davis Group versionarían a músicos de soul.

Mientras en los 60, los jóvenes rockeros principalmente británicos se acercaban al blues, y hacían rastreos de esa música en el pasado, simultáneamente irrumpía el soul dándole una impronta muy particular al revisionismo blusero. Los grandes músicos blancos emergentes por aquel entonces pareciera que se hubieran hecho devotos de un nuevo dios, de un dios negro que llevaban por dentro y que llenaba de ritmo africano el alma (el soul). Recordar a Eric Burdon, John Mayall, Mick Jagger, Joe Cocker, Janis Joplin, Eric Clapton por nombrar solamente algunos, nos da la certeza de que la mayoría de los rockeros de entonces aunque blancos de piel intentaban acercarse en su alma al color de la raza que hiciera emerger el ritmo más excitante del universo, mucho más si eso representaba para ellos  ejercer la autonomía de no ser parte de  un estabishment por ese entonces bastante cuestionado.

 

 

Música y choque de culturas- La encrucijada del blues

 

“No puedo imaginar mi vida ni la de nadie sin música. Es como una luz en la oscuridad que jamás se extingue”

The Blues- Martin Scorsese

 

Señalaba Nietzsche que cuando determinados fenómenos se prolongan en el tiempo se los pasa a considerar -en su actualidad- como algo completamente obvio. Lo que tiene vida hoy lo tuvo siempre. La música tal como hoy la conocemos es seguro que no siempre existió aunque se busque su acontecer en el remoto pasado humano. Es muy probable que su irrupción haya sido ceremonial y religiosa sujeta a una producción de tipo artesanal. Hoy esa producción es tanto industrial como tecnológica con fines más bien seculares y en un rango de súper reproducción expansiva. Tanto es así que se podría afirmar que el soundtrack, la banda de sonido, hoy invade la cotidianeidad. Ya no es privativo del cine. No solamente se puede llevar puestos auriculares y reproductores de mp3. La música se escucha en las estaciones de trenes, en los bares, dentro de los automóviles,  acompañando la rutina del desplazamiento humano. De todas formas la salida del modo artesanal de la música se puede considerar como un acontecimiento reciente: el del surgimiento de la industria musical y discográfica.

El nacimiento y desarrollo del blues se produjo en ese momento de transición mencionado. Coincide además con la irrupción de la música popular contemporánea con escenarios y actores sociales bien diferente a los que convocaba la música clásica.

El blues, al igual que el jazz, el tango o el candombe, si bien tuvieron un sitio en el que se desarrollaron como músicas, hay que precisar que son el resultado de una reterritorialización. No son en sentido estricto: folklore, sino más bien incursión cultural exógena en un nuevo territorio, generando un sedimento cultural inesperado y a la vez excitante.

Los estilos mencionados son la resultante de choques entre culturas en donde la cultura inmigrante se coloca como aspecto principal, subvirtiendo lo estrictamente folklórico. Desde ese entrecruzamiento se debe abordar el blues. Desde un cruce que si bien es conflicto y tensión también es creación.

El nacimiento del blues se sitúa entre fines del SXIX y principios del XX. Se produjo en los estados sureños de los Estados Unidos, más precisamente en el delta del Mississippi. En 1863 el presidente Abraham Lincoln promulgó la Proclama de la Emancipación declarando la libertad de todos los esclavos del país. Esta norma se puso en marcha a partir de 1865 cuando concluyó la Guerra de Secesión. Si bien representó una medida progresiva hay que señalar que la vida material de la comunidad afroamericana no llegó a presentar un cambio profundo en cuanto a inclusión social mientras se producía simultáneamente una fuerte segregación. Algo de todo ese sentimiento producido por esa nueva situación se hace presente en el blues.

La influencia de géneros anteriores como el góspel, los spirituals y las work songs se hizo presente en una forma musical que comenzó siendo vocal y sin acompañamiento. Fundamentalmente  eran improvisaciones cantadas tras la jornada de trabajo en las que los lamentos representaban la norma. La mujer que lo había abandonado, las penurias rutinarias, el paso del ferrocarril… El blues vendría a ser el resultado musical de esa inserción conflictiva del trabajador afroamericano en un terreno hostil.

Crossroad- La metáfora de la encrucijada.

I went down to the crossroads, fell down on my knees.

I went down to the crossroads, fell down on my knees.

Asked the Lord above for mercy, "Save me if you please."

                           Crossroad- Robert Johnson

 

Si bien Crossroad fue uno de los emblemáticos temas realizados por el mítico Robert Johnson, el cruce de caminos no se agota ahí. Va mucho más allá de una composición musical. El tema mismo debe haber sido realizado bajo el influjo de mitos contemporáneos. Vayamos por parte. 

Robert Johnson nació en 1911 en el pueblo de Hazlehurst y a los 20 años se radicó en Robinsonville. Por esos tiempos escuchaba a los intérpretes de blues más conocidos de entonces: Son House, Willie Brown y Charley Patton. También se animaba a emularlos, aunque nadie tuviera para con él demasiada consideración. Por esa razón un día tomó su guitarra y se alejó para dedicarse a recorrer distintos poblados, tocando en las esquinas y pasando la gorra. Con más suerte en los bares o en los honky- tonks cercanos a las plantaciones de algodón. 

Dos años después regresó a Robinsonville, y ya no era el mismo, se había convertido en un guitarrista inigualable que con las cuerdas bajas marcaba un walking bass hipnótico y agregando el slide construido con el cuello de una botella lograba que la guitarra gimiera. Nadie podía creerlo y fue así que comenzaron las diversas conjeturas. Seguramente –supusieron-  había tomado clases de algún eximio intérprete del instrumento de seis cuerdas. Aunque la idea que cobró más fuerzas fue aquella que decía que Robert había pactado con el demonio en un cruce de caminos. En ese cruce y donde los caminos se cortan había que llevar la guitarra y estar en el sitio preciso antes de la medianoche y tocar algo para invocar a: “Un hombre grande y negro irá hasta allí, cogerá tu guitarra y tocará para ti, hará sonar tu canción y te devolverá la guitarra”. Luego de eso el aprendiz sabrá todo lo que necesita para tocar blues. 

Solamente hay dos fotos y 29 canciones de Robert Johnson, y hasta algunos dudan de que haya existido. La leyenda cuenta que murió envenenado por el dueño de la taberna donde tocaba, ya que éste suponía que Johnson mantenía relaciones con su mujer. Por esta razón le convidó con una botella de whisky impregnada de estricnina. Tenía 27 años…

En la película Crossroad realizada por el director norteamericano Walter Hill en 1986 podemos seguir algunas pistas al respecto. Aunque la referencia a Robert Johnson estará siempre presente, los personajes ahí son otros, encarnado sí el mismo mito. El joven Eugene Mortone es un estudiante blanco de música que comienza a indagar en los ’60 sobre las raíces del blues y se encuentra en un geriátrico al legendario armoniquita Willie Brown también conocido como Perro Ciego Fulton.  Mortone era un gran guitarrista que en el instituto interpretaba música clásica aunque dándole un rasgo particular más propio a la música afroamericana. Su director en un momento le advierte que: “No se puede seguir a dos amos” dando a entender que se está en un lugar o en el otro. El joven guitarrista decidió entonces viajar al delta del Mississippi junto al Perro Ciego Fulton quien le prometió convertirlo en bluesman. Lo interesante de la narración cinematográfica es que el legendario armoniquita también de alguna manera le repetía constantemente que no se puede seguir a dos amos. Para convertirse en bluesman no alcanzaba con interpretar óptimamente un instrumento sino que lo más importante era transformarse espiritualmente haciendo que su cabeza ya no piense como un blanco nacido en Long Island. La mayoría de los jóvenes blancos que en los ’60 crearon el rock tomaron esa actitud subjetiva de ser portadores de un soul particular que muchos describían como ser negros por dentro. Traducido implicaría sentirse en esa intersección conflictiva de los afroamericanos en un lugar hostil. Por esa misma razón el legendario blusero británico John Mayall alguna vez dijo que si el blues resultaba ser la composición musical que expresa el lamento del oprimido, el blues no podía ser privativo sólo de los negros –aunque lo hayan creado- ya que la opresión también hay blancos que la padecen. Por eso la identificación.

En 2003 en ocasión del “Año del Blues”, Martin Scorsese produjo una serie documental de 7 episodios bajo el nombre de The Blues. En la primera entrega denominada Feel like going home la voz que relata dice: “El blues siempre transporta al lugar dónde vio la luz. Una máxima africana dice que: las raíces del árbol no dan sombra. El blues es igualmente profundo. Cuando escuchas esa música y la comprendes verás que es lo único que no lograron arrebatarle al pueblo negro”.

 

 

11.04.2020

Los ’80: música y neoliberalismo- Tocando al compás del capital

Si las décadas de los 60 y los 70 quedaron grabadas en la historia como tiempos de profundos cambios en todos los terrenos, en los 80 la música,  que había revolucionado esos años, empezó tocar otro ritmo.

Transcurría el año 1984. "Owner of a Lonely Heart" de la banda británica Yes era uno de los temas más escuchados. Por entonces un éxito discográfico. En cualquier televisor encendido podía verse el videoclip o también oírlo en alguna estación radial de las novedosas FM (Radios de Frecuencia Modulada). No está de más recordar que desde el 1º de Mayo de 1980 existía oficialmente en la Argentina la TV en color. Era un tiempo en el cual -a partir del regreso de la democracia- se declamaba que todo lo valioso de la década precedente debía retornar: la música de rock o las ideas de izquierda. Pero todo lo que volvía ya no era igual. Algo había cambiado.

Yes fue conformado en 1968 en Londres. Desde sus inicios la agrupación comenzó a desarrollar un sonido característico de rock con fusiones de jazz. Es de destacar que con la llegada en 1972 del tecladista Rick Wakeman la banda lograría un sonido muy particular que alinearía al grupo junto a otros grandes exponentes del rock progresivo y sinfónico de entonces: Pink Floyd; Genesis; King Crimson; Emerson, Lake & Palmer. Wakeman había sido un pianista de música clásica que pasó a utilizar una multitud de teclados electrónicos de última generación. Con Yes incorporarían a las grabaciones a una orquesta sinfónica y un coro. Eran los tiempos de búsquedas sofisticadas y la creación de obras conceptuales. En 1972 lanzarían el álbum Close to the Edge inspirado en el Siddhartha de Herman Hesse. Un año después tendría lugar Tales from Topographic Oceans, obra también conceptual escrita por Jon Anderson y Steve Howe. El clásico sonido progresivo de Yes llegaría hasta 1979. A partir de ahí la banda quedaría casi desarticulada y algunos de sus miembros propusieron tomarse un descanso. Wakeman y Anderson por ese entonces se inclinarían hacia la música étnica y New Age.

En 1982 los sobrevivientes de Yes alinearon al guitarrista sudafricano Trevor Rabin y allí comenzaba la nueva versión de la banda. Rabin lejos de provenir de la tradición progresiva era un virtuoso guitarrista que cultivaba el hard rock, el pop y el techno rock con lo que Yes adquiriría un sonido mucho más comercial y con llegada a un público masivo.  En octubre de 1983 la nueva formación grabaría el álbum que llevaría como nombre 90125 en alusión al número de catálogo de elepés en el registro del sello Atlantic Records. El tema Owner of a Lonely Heart llegó a ubicarse por varias semanas en el número uno de los rankings de popularidad. Por su parte el tema instrumental Cinema le permitiría al grupo recibir en 1984 el Premio Grammy que sería el único alcanzado por Yes a lo largo de toda su historia. En febrero de 1985 la banda se presentaría en la Argentina en un colmado estadio de Vélez Sarsfield.

El pasaje de un estilo sofisticado y de búsquedas a otro de tipo más bien comercial no fue una exclusividad de Yes. Hubo otros grupos como Genesis, Supertramp o Fleetwood Mac sólo por nombrar algunos que hicieron el mismo camino. Si bien es factible realizar una crítica al cambio de estilo hay que señalar que la calidad instrumental de esas bandas resultaba superlativa. Mientras en Europa se imponía un tipo de música pop rock en donde emergían bandas como The Police, U2,  Depeche Mode, Queen; en los Estados Unidos reinaba la música disco heredera del soul y el rhythm & blues. Michael Jackson era su principal exponente. La conversión al mainstream y la música pop debe entenderse como resultado de un vertiginoso cambio de época no siempre perceptible.  

Las décadas del 60 y 70 son valoradas como tiempos de cambio, de revuelta y contracultura. Sobre ello se ha escrito mucho y se sigue escribiendo. Es una necesidad hacerlo. Los 90 son considerados como la etapa en la cual se impondría el neoliberalismo y el pensamiento único heredero del proclamado fin de la historia. Por su parte los años 80 pareciera que no tuvieran grandes hitos para resaltar. Fue una década casi sin épica, una vuelta al sentido común más rutinario.  Sin embargo los 80 representan un tiempo refundacional del capitalismo global. Nada de lo que hoy ocurre podría entenderse sin saber mínimamente qué representó dicho período. Si en los 90 el neoliberalismo se hace perceptible es porque sus cimientos fueron realizados un tiempo atrás. Lo social, lo económico y lo cultural se transformarían sustancialmente. Los cambios en las disciplinas artísticas responden a ese proceso, se enmarcan en él. Se produce el fin de la sociedad de masas. Se comienza a constituir lo social como el entramado complejo de círculos íntimos con lo que devienen las mayorías silenciosas.

Si bien el fenómeno mainstream es posible a partir de una difusión extremadamente masiva en la que sus instrumentos comunicacionales se revolucionarizan permanentemente cabe destacar que no apuntan a conformar  colectivos sociales sino a desmantelarlos construyendo una cultura del hedonismo individualista en la que priman los círculos reducidos, los espacios de privacidad y el resguardo de la multitud.

El fenómeno de la discoteca

Si bien los locales a los que los jóvenes acudían para bailar música grabada tuvieron sus inicios promediando la década del 70, los mismos fueron lugares predominantes en los 80. En la Argentina los denominados boliches bailables desplazarían a los bailes populares a partir de 1976. Vuelta la democracia no habría cambios al respecto. Los lugares cerrados no sólo seguirían sino que se tornarían mucho más sofisticados.

En 1977 se crearía en Manhattan (EEUU) la célebre discoteca Studio 54. Allí se daban cita personajes famosos como Andy Warhol, Mick Jagger, Salvador Dalí, Liza Minelli, Cher, Woody Allen y Frank Sinatra. El rasgo particular de Studio 54 era que el ingreso al lugar no estaba asegurado. La gran afluencia de jóvenes podía verse en las puertas del lugar intentando ser aceptados para ingresar. Se imponía el derecho de admisión. Si bien las discotecas eran masivas, el fenómeno de las luces y la intensidad del sonido propiciaban una cierta imagen de aislamiento. El resto podía ser visto como un decorado necesario. Por esta razón se señalaba por entonces que si un grupo de amigos quería festejar como en su casa debía hacerlo en la disco.  La arquitectura de las grandes discotecas ofrecía diferentes pistas de baile y lugares reservados que sujetos a las sofisticadas iluminaciones propiciaban la ilusión de estar en un lugar no público. La música que emergía en los 80 debía adaptarse a estos nuevos lugares en los que lo social sería desplazado por una perspectiva íntima y privada. Es interesante rastrear estas características en el cine de la época. Esto se potenciaría en los 90 y hasta hoy mantiene vigencia.

Skiffle, un antecesor del rock- Música desde abajo

Mungo Jerry
Cuando surgen determinadas expresiones artísticas que se tornan masivas no siempre se sabe muy bien cuáles son sus antecesores inmediatos. Mucho menos cuando esos ancestros son parte de la cotidianeidad y por ende pareciera que pueden pasar inadvertidos. En este caso nos referiremos al Skiffle, un género olvidado que estuvo muy presente en la irrupción del rock de la década del sesenta. Fundamentalmente en Gran Bretaña.

Este género tuvo su origen en los Estados Unidos durante la década de 1920. Con instrumentos principalmente caseros y acústicos, trabajadores pobres y negros convertían en melodías sencillas piezas del blues y del jazz. Un instrumento como la tabla de lavar se destacará en este género.

De todas maneras fue en los 50 cuando el skiffle irrumpió en Inglaterra con características propias, aunque sin renegar de su antecesor afro americano. Los jóvenes y niños proletarios que padecían el empobrecimiento de la posguerra fueron los que tomaron a este estilo como una bandera de resistencia. En 1957 había en Inglaterra unos 50 mil grupos de skiffle.

Desde las entrañas de las clases populares siempre emergieron ritmos y melodías. Con la emergencia de la cultura de masas en la que comenzó a hacerse posible la reproducción, muchos estilos pasaron a ser conocidos e incluso comercializados. El skiffle es un género casi doméstico que influyó considerablemente, sin ser reproducido de acuerdo a su relevancia. Bandas célebres como los Beatles y los Rolling Stones habían sido en su origen grupos de skiffle.

En 2017 fue publicado en Inglaterra el libro Roots, Radicals and Rockers: How Skiffle Changed the World escrito por Billy Bragg, autor que además es un ya legendario cantautor de izquierda, ligado al movimiento obrero británico.

En una nota publicada por BBC, Bragg sostenía que el surgimiento de este estilo fue una revolución, no una moda pasajera. "Skiffle fue un movimiento de retorno  a lo básico que trataba sobre las raíces de la música afroamericana", y lo comparaba con el punk, por ser una revuelta de bajo presupuesto realizada por jóvenes cansados ​​de formas de música más convencionales y (supuestamente) sofisticadas. "Skiffle era de base. Venía de abajo. Sorprendió a todos".

A principios de los años 50, la música popular estaba dominada por grandes bandas de swing y crooners schmaltzy. Las bandas de Skiffle redescubrieron los primeros discos de blues y los reinventaron para una nueva generación. Como el punk, el skiffle fue una reacción contra los supergrupos y las grandes empresas discográficas. Según Bragg el  "Skiffle permitió que esa generación se distanciara de la cultura de sus padres” ya que “Cada generación necesita algo así” agregando que para su caso, eso “fue el punk".

Contra lo que la mayoría piensa, el instrumento más importante de Skiffle no era la tabla de lavar o el bajo del cofre de té, sino la guitarra. En las bandas de baile de la década de 1940, la guitarra era un instrumento marginal, y el skiffle lo puso en el centro del escenario. Este instrumento había impulsado la auténtica música de los cantantes de blues afroamericanos, una música que las bandas de skiffle veneraban de igual forma que al jazz tradicional.

Según Billy Bragg, los jóvenes que formaban las bandas de skiffle creían que la música real sólo se hacía en Nueva Orleans, cuna del jazz, y que por esa razón la música británica le debe más a Nueva Orleans que a cualquier otra ciudad estadounidense. La famosa Caverna de Liverpool en dónde comenzaron los Beatles, fue originalmente un club de jazz. 

La palabra skiffle en la jerga de los negros significaba una Rent party (fiesta de alquiler). Así se le llamaba en Harlem a un encuentro social en el que los inquilinos contratan a un grupo musical, realizan una fiesta y luego pasan el sombrero, para con el dinero recaudado pagar el alquiler. Sin embargo skiffle como nombre de un género musical recién fue utilizado en Inglaterra durante los años 50. 

En Gran Bretaña el skiffle fue la piedra inicial del surgimiento -en los sesenta- tanto del rock como del blues blanco. Fue la base de la invasión de los grupos británicos en las listas estadounidenses. Hacia 1957 había 50 mil bandas de skiffle en Inglaterra.  Decía Billy Bragg en la nota citada que  "Cuando los Beatles irrumpieron en los Estados Unidos en 1964, había un ejército de bandas británicas, listas para continuar por el mismo camino; todas habían comenzado con el skiffle, y  venían haciéndolo desde que tenían 12 años”. 

Mungo Jerry 

Allá por los años setenta este grupo británico encabezado por Ray Dorset  se hizo muy popular por el tema In the summertime. Si bien esta banda tuvo una gran producción es recordada principalmente por ese tema. En el verano como fue conocida en nuestro país era un tema simple, bailable pero hecho bajo el molde tradicional del folk rock, el blues y el rockabilly. 

Mungo Jerry siempre fue catalogado como una banda de skiffle. Cuando se escucha gran parte de su producción se pueden encontrar rasgos bien marcados del blues, el rock and roll y el rhythm & blues, aunque realizados con una variedad significativa de instrumentos caseros. 

Además se hace notorio para Mungo Jerry considerar que el blues, por ejemplo, siempre será un género clásico realizado por los monstruos clásicos del Delta del Mississippi, mientras que su producción será sólo un tributo casero. Esa posición marca a la perfección la ideología del skiffle.