11.27.2011

The Power to the Soul


Hoy cumpliría 69 años y ya hace más de 40 que es un mito. James Marshall Hendrix falleció a los 27 igual que Robert Johnson, aquel bluesman que muchos años antes había hecho un supuesto pacto con el demonio.
Mi historia con el blues y con el rock comenzó cuando a los 16 años escuché a nuestro trío Manal, y digo nuestro porque a ellos les debemos que el blues haya entrado al Río de la Plata, y nos haya abierto a conocer lo que sucedía en otros lugares, ya desde hacía bastante tiempo, con esta melodía atrapante.
Fue ahí donde uno pudo conocer a John Mayall, a Cream, a Fleetwood Mac, a Ten Years After, a Canned Heat, y a este genio zurdo que empuñaba su viola Fender de una forma milagrosa. Por aquel tiempo recuerdo que dudábamos entre quien era mejor, como si se tratara de una competencia, en la ejecución del instrumento de seis cuerdas, si era Eric Clapton o era el negro Jimi. Era la época del vinilo, y además donde no llegaban a esta parte del mundo todas las producciones que uno hubiera querido, sino solamente algunas que nos apurábamos por adquirir. Banda de Gitanos fue una de mis grandes adquisiciones, ese tremendo recital en vivo donde Hendrix mostraba no sólo talento con la guitarra sino principalmente por crear una atmósfera cargada de soul, plagada de ritmo y color. A mi particularmente me pasa que hay músicas que las escucho en color, y con Jimi Hendrix siempre me sucedió eso.
Woodstock ´69 en su versión fílmica debe haber sido algo que los de mi generación vimos muchísimas veces, y ahí cuando uno podía ver y escuchar a este genio de la guitarra, casi sobre el final de la película, los sonidos que sacaba del instrumento rayaban con el delirio.
Sin dudas Hendrix constituye una marca, de las más significativas, de un tiempo que ya de por sí, fue tremendamente singular, y tal vez irrepetible.