8.08.2022

BB King y Lucille- Una historia de amor que venció al tiempo

 


Cuando promediando los ’60 se daban los grandes éxitos discográficos tanto de los Beatles como de los Rolling Stones, emergían la psicodelia y la cultura del rock. Muchos jóvenes por ese entonces se inclinaban a escuchar a viejos mitos del Blues como Robert Johnson y Elmore James. Se trataba de imbuirse de ese espíritu negro e intentar desde ahí producir una nueva versión del blues y el rhythm’n’blues. A eso se lo denominó en ese tiempo: Blues blanco.

Lo cierto es que desde los 50, de forma bien subterránea, había varios bluseros negros de gran talento, que si posteriormente fueran sumamente conocidos fue gracias a que esos jóvenes de los 60 se empecinaron en llevarlos a los primeros planos. Tanto es así que un desconocido Muddy Waters fue conducido al escenario por los Stones para que juntos realizaran esas composiciones que tenían su origen el Delta del Mississippi.

Al igual que Muddy, también estaban los King -Albert, Freddie y B.B.-, Albert Collins, John Lee Hooker, entre muchos más.  La mayoría de ellos con edades cercanas a los 40 años, salían del anonimato en el que habían desarrollado hasta ahí su incipiente carrera artística. En lo que sigue nos referiremos a ese gran guitarrista que se llamó B. B. King y que fue considerado como el Rey del blues.

Quien escribe se enteró de la existencia de BB cuando en una Revista Pelo o Pinup, el guitarrista argentino Claudio Gabis del trío Manal, lo nombrara como a uno de sus gustos preferidos. Al encontrar en una disquería su larga duración Indianola Mississippi Seeds, que en la tapa mostraba una sandía con forma de guitarra, no dudó en adquirirlo. Una delicia en la que se podían oír esos fraseos que seguramente inspiraron a Gabis en temas como Avellaneda Blues.

BB nació el 16 de septiembre de 1925 en Itta Bena, una pequeña ciudad en el Estado de Mississippi. Habiendo fallecido en 2015 a los 90 años llevó adelante su producción hasta casi sus últimos días. Realizó cerca de treinta álbumes y compartió escenario a lo largo de su vida con los grandes bluseros de su tiempo. Muchos de ellos añoraban hacer presentaciones con el Rey. Recordemos la importancia que le dio a ello el ya extinto guitarrista argentino Pappo, cuando ambos se presentaron en un inolvidable show en el Madison Square Garden.

Lucille

Los grandes guitarristas, de cualquier género, serán recordados por sus interpretaciones, por los sonidos que le hacen emerger a un instrumento. BB King tuvo la particularidad de que además, siempre se recordará a su guitarra con nombre de mujer.

Cuenta la leyenda de que en 1949 cuando BB estaba tocando en un salón de baile en Arkansas, dos hombres comenzaron a pelearse, produciendo un incendio. Todos tuvieron que huir del sitio. BB entró de repente a buscar el instrumento que había quedado entre las llamas. Los dos hombres murieron quemados. Se supo que peleaban por una mujer llamada Lucille. BB bautizó con ese nombre a la guitarra que logró rescatar.  

Un debate nunca realizado es ese en el cual, no se sabe perfectamente qué es lo que más atrae de una mujer a un hombre. Si son las carnes o las formas. La primera opción pareciera desmentida hoy por lo que se dio en llamar Sexo virtual. Las formas bien curvadas de una guitarra recuerdan las formas de una bella mujer.

Los gemidos bluseros que siempre emergieron de Lucille, indicaban que ella nos recordaba que su amante lo hacía de la mejor forma. Siempre se sintió profundamente amada.

Cabalgando junto al Rey

En junio del año 2000, se publicaba un trabajo conjunto realizado por dos emblemas del blues. Eric Clapton junto a BB King lanzaban Riding with the King. Ambos habían coincidido muchas veces en el escenario pero nunca habían realizado una obra de estudio en conjunto.

Clapton desde mediados de los sesenta representó siempre al guitarrista blanco de blues más notorio. Habiendo salido de la innumerable cantera de los bluesbreakers de John Mayall y luego conformando el poderoso trío Cream junto al bajista Jack Bruce y el baterista Ginger Baker desde muy joven Clapton se transformó en una verdadera estrella.  En los primeros años setenta los tres integrantes del grupo eran considerados por las principales revistas especializadas de rock como los mejores ejecutantes de sus instrumentos.

Que se hayan juntado Clapton junto a BB para realizar una obra conjunta representó un verdadero logro y ese disco algo que no debe faltar entre los coleccionistas y melómanos.

Ambos habían compartido antes, entre otras cosas, el sentido homenaje al extinto Stevie Ray Vaughan. Otro gran emblema del Blues.

3.14.2022

Santana, padre del rock latino

 


En el Festival de Woodstock irrumpió una extraña banda que con una base rítmica influida por músicas latinas principalmente caribeñas; lograba un éxtasis propio de la psicodelia rockera o blusera. Era el grupo del extraordinario guitarrista mexicano Carlos Santana, el hombre que le dio un nuevo giro al rock.

Cuando se hace la historia del rock es casi imposible no entrar en una fuerte dicotomía. En los años 50 surgió como un estilo musical transgresor que no se puede homologar a lo que aconteció una década después con el mismo significante. Aquel estilo fuertemente rítmico que inmortalizaron figuras como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard o Bill Halley y sus Cometas; entrada la década del ’60 ya dejó de ser un simple género musical para convertirse en lo que muchos denominaron la cultura del rock.

Lo que surgió en los ’50 fue un género musical que podía interpretarse como la versión blanca del afroamericano Rhythm and blues, mientras que en los 60 al calor de una muy fuerte oleada contracultural, emergió un movimiento que si bien su principal expresión fue la música, logró excederlo plenamente. Sobre la base rítmica del rocanrol de los ’50, más la utilización de todo lo que ofrecía por entonces el avance de la tecnología electrónica, los nuevos intérpretes incursionaron en diferentes estilos creando uno de los productos más maravillosos del quehacer estético humano.

En el rock de mediados de los 60 hacia adelante, los principales exponentes, tanto bandas como solistas comenzaron a realizar tipos de experimentación musical hasta ese entonces inédito. Se trataba de conservar cierta base bien ligada al rocanrol, pero aprovechando las diferentes tecnologías emergentes de ese tiempo. La potencia sonora, los efectos, las distorsiones, la incorporación de los nuevos órganos electrónicos hizo que sobre la base rockera se pudiese incursionar o fusionar otros estilos.

La influencia de la música oriental en los Beatles fue muy importante. Surgieron algunas grandes bandas que fusionaban al jazz con el rock. Chicago; Blood, Sweat & Tears fueron dos grupos emblemáticos. También el denominado rock sinfónico con bandas como Yes, Genesis, Pink Floyd o Emerson, Lake & Palmer. Hay muchísimos ejemplos al respecto. En esta nota quisiéramos destacar lo que llevó el nombre de rock latino.

En el transcurso de la película Woodstock (1969), que mostraba las distintas actuaciones de las agrupaciones que estuvieron presentes en aquel célebre festival que nucleó en la campiña estadounidense a miles de jóvenes, pudo verse a una extraña banda que con una base rítmica influida por músicas latinas principalmente caribeñas; lograba un éxtasis propio de la psicodelia rockera o blusera. Era el grupo del extraordinario guitarrista mexicano Carlos Santana.

En donde el sonido de la banda se tornaba sumamente intenso, principalmente por efecto del órgano y las percusiones, irrumpía el fraseo enloquecido de la guitarra de Santana. Un instrumento que iría a sonar bajo las reglas clásicas del blues o el rock psicodélico, aunque deslizándose –sin perder la energía-  hacia esas melodías caribeñas, como el bolero, la rumba, el Calipso o el merengue. Antecedentes de este estilo seguramente fueron esos encuentros furtivos en ciertos lugares del Caribe, entre instrumentistas de jazz y músicos de salsa.

Carlos Santana, nacido en 1947 en Autlán de Navarro, Jalisco, desde niño recibió una fuerte formación musical. Su padre era un violinista de los grupos de mariachis. Si bien Carlos había comenzado también como violinista, luego se inclinó por la guitarra, escuchando mucho blues, principalmente a B. B. King, T-Bone Walker y John Lee Hooker con quienes ya siendo conocido, pudo compartir escenarios. Poco se dice que su gran maestro fue el guitarrista mexicano Javier Bátiz que para todos aquellos que alguna vez escucharon su discografía fue un gran cultor de un rock emparentado en su sonido al de Eric Burdon & the Animals o al de ese maravilloso grupo inglés Spencer Davis Group en el que descollaba la voz de Stevie Winwood. El estilo de Bátiz estaba emparentado principalmente al rock and roll y el rhythm and blues, cantando incluso, en inglés.

Santana iría más allá del estilo de su maestro y crearía el rock latino. Muchos de sus temas estaban cantados en español, tal como los clásicos Guajira, Oye como va o Se acabó. Aunque se destacaban esos grandes interpretaciones fundamentalmente instrumentales como fueron Sacrifice soul (tema que se puede ver en Woodstock), Jingo o ese precioso bolero Samba pa ti, en el que Santana mostraba toda su creatividad con la seis cuerdas. Hoy está considerado uno de los mejores guitarristas formados a fines de los sesenta, compartiendo muchas veces el escenario junto a Eric Clapton.

Menos conocida en ese género es la agrupación Malo, fundada en 1970 y que tuviera como líder casualmente a Jorge Santana, hermano de Carlos. Un grupo que fusionaba lo latino con el jazz y el blues. Tuvieron gran éxito con temas como Suavecito o Café.

En 1969 se formaría en Inglaterra la banda Osibisa, conformada por músicos africanos y caribeños. Ellos mostrarían en sus producciones todo el encanto de los ritmos que la cultura afro desarrollaría en las islas del Caribe. Un gran éxito discográfico fue en 1975 el tema Sunshine Day. Osibisa según sus integrantes significaba "cruce de ritmos que estallan de alegría",

El término rock latino fue cambiando de significación para nombrarse así a todas esas bandas conformadas por músicos latinoamericanos aunque no practicaran ese estilo desenfrenado que creó Carlos Santana.