11.08.2007

Los Abuelos de la Nada


A diferencia de otras agrupaciones donde al menos dos de sus integrantes son la columna vertebral, los Abuelos de la Nada, fue la banda de Miguel, y es por esto que se convirtió de alguna forma en un emblema de sus avatares.
Es uno de los grupos fundacionales del rock argentino allá por finales de los 60 y a la vez una de las bandas que descollaron en los 80, como producto de un nuevo reagrupamiento.
Ya el comienzo es paradigmático. El nombre de la banda es anterior a su conformación.
“Padres de los piojos, abuelos de la nada” fue la frase del escritor argentino Leopoldo Marechal que se le vino a la cabeza a Miguel, cuando un productor le preguntó si él era parte de algún grupo. A pesar de no ser así Miguel contestó que si, y bautizo lo inexistente como Los Abuelos de la Nada. La sorpresa es que ante esta afirmativa ya se hacían acreedores de realizar una grabación. Pipo Lernoud, que había sido acompañado por Miguel, para hablar con el productor Ben Molar no salía del asombro, y le dijo a este que los músicos ya iban a aparecer y fueron a buscarlos a Plaza Francia.
La primera formación iba a ser Miguel Abuelo (en voz), Héctor "Pomo" Lorenzo (batería), Alberto Lara (bajo), Micky Lara (guitarra), Eduardo "Mayoneso" Fanacoa (teclados) y Pappo (guitarra). El disco simple que grabaron al final no se editó y al poco tiempo Abuelo partió hacia España y los Abuelos siguieron un tiempo más al frente de Pappo inclinándose más hacia el blues.

Miguel en Europa alcanzó a grabar un disco con Nada, e incluso pasó algún tiempo dedicándose a otras actividades como las artesanías, para en 1979 regresar al país junto a Cachorro López y dar pié a la vuelta de Los Abuelos de la Nada.
Se sumarían el casi adolescente Andrés Calamaro que venía de ser parte de Raíces, en teclados, el ya citado Cachorro López en bajo, que venía de ser parte en Inglaterra de una banda de reggae, Daniel Melingo en saxo, el ex La Máquina de hacer Pájaros Gustavo Bazterrica en guitarra, Polo Corbella en batería, y Miguel como vocalista. La banda iría a generar un sonido bastante peculiar entre el rock, el pop, el reggae y el nuevo estilo new wave.

El primer álbum producido por Charly García sería en 1982, y llevaría por nombre el mismo de la banda. Hasta 1986 irían a producir cuatro discos más: Vasos y Besos en 1983, Himno de mi Corazón en 1984, un vivo en el Opera en 1985, y por último Cosas Mías en 1986. Es de destacar que la formación a lo largo de estos pocos años cambió casi en su totalidad. Al final estaba conformada por Juan del Barrio en teclados, Marcelo Fogo en bajo, Kubero Díaz el ex guitarrista de la Cofradía de la Flor Solar, Willy Crook que había sido el saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y Pato Loza en batería.
Lamentablemente en 1988 Miguel Abuelo dejaría este mundo al igual que Federico Moura y Luca Prodan, pero al igual que estos, dejaría uno de los legados más importantes que haya dado el rock local.