Con la irrupción del uso masivo de Internet, se ha dicho en una nota anterior que la gran red de conexión funcionó como una gran aspiradora que fue metiendo en su interior a las más diversas expresiones culturales. El buscador Google pasó a ser la puerta de entrada a un universo digital que aparentemente duplicaba la realidad. Más allá de la suposición, no todo estaba en la red. Podía inferirse que lo que en ella no se encontraba era porque no estaba bien buscado, pero en Internet sólo está lo que alguien se prestó a subir o en todo caso a los resultados que pueden devenir de la intervención de los logaritmos.
Si alguien no realiza el conteo de arboles presentes a lo largo de cierta avenida, para luego subir esa cifra a algún sitio de internet, ese número nunc a estará presente por más que se utilicen los mejores buscadores. Lo dicho pareciera una perogrullada, pero espontáneamente muchos creen que vaya a saber por qué mecanismo, la realidad es transferida a la red. Resulta importante decirlo ya que depende de la acción de ciertos sujetos el hecho de que a partir de Internet se produzcan determinados acontecimientos.
Con la llegada masiva de Internet, los usuarios no sólo comenzaron a utilizar la red para conectarse a través de correos electrónicos o mensajeros, sino que considerándola como un enorme vientre lleno y a la vez bastante libre, se prestaba a que allí se encuentre para descargar la música de todos los tiempos, las producciones cinematográficas, libros, diversos textos, etc. El mentado acceso libre hizo que alguien como el filósofo esloveno Slavoj Zizek, considerase por entonces que Internet podía ser el lugar en el que tenga desarrollo el comunismo. El tiempo fue mostrando que el capitalismo no se permite resignar ningún lugar proclive a desarrollar ganancias y de a poco fue privatizando a la gran red. De todas formas hubo experiencias que bien vale mencionar.
El revival del rock
argentino
La música de grupos como Manal, Almendra, Vox Dei o Arco Iris; ya parecía sepultada en un tiempo remoto. Algunos sellos discográficos podían editar algunas selecciones que tal vez ni siquiera representaban bien lo que los viejos fans de esos grupos conservaban en su memoria. Sin embargo quedaban esos coleccionistas melómanos que mantenían material muy bien preservado y que se prestaron a compartirlo en internet.
No era una tarea simple, ya que a los viejos discos de vinilo, había que ripearlos de la mejor forma y que mantengan el sonido clásico, en su versión digitalizada. Transformar las pistas de un disco en mp3 para que sea accesible a remotos usuarios, no fue algo que se hizo solamente en la Argentina. Lo que si vale destacar es que si hubo un género musical que fue proclive a ser compartido, fue principalmente el rock de los 60- 70.
Si elegimos de modo arbitrario al año 2005 para indicar un tiempo aproximado, fue por ese entonces cuando irrumpieron en la red, una gran cantidad de blogueros que comenzaron a subir en esos soportes, enlaces para descargar toda esa música que cuidadosamente habían seleccionado para compartir. La tarea que emprendieron fue muy interesante porque además fueron adosando datos de las viejas bandas. El que encontraba a un grupo como Pescado Rabioso no sólo podía descargar su música, sino que podía leer parte de la historia y quiénes habían sido sus integrantes. De esta forma fue que el viejo rock rioplatense traspasó los límites que su tiempo le había impuesto.
Por historia, por cultura, el rock argentino es un híbrido
bastante interesante, tanto por el sitio geográfico donde se desarrolló, por
haberse planteado cantar en castellano y porque en el momento de su aparición,
resultaba una acalorada utopía que fuera conocido mucho más allá de nuestras
propias fronteras. El mercado discográfico latinoamericano o español por ese
entonces no era un espacio propicio para su propagación. Con respecto al
mercado propiamente inglés o estadounidense, poder irrumpir ahí era casi
imposible, ya que se cantaba en otro idioma, nuestra música era bastante
underground, se contaba con pocos recursos tecnológicos y por otro lado,
existía en una lejanía exótica. Las bandas que lograban meterse en esos
rankings, siendo alemanas, holandesas o suecas lo hacían cantando en inglés.
La
imposibilidad de aquel tiempo, con la irrupción de Internet se modificó. En una
nota de la Revista Rolling Stone, escrita
por Juan Ortelli aparecida en octubre de 2006, el autor señalaba que la avanzada psicodélica estadounidense
buscaba inspiración en Luis Alberto Spinetta, Pappo y todo el rock argentino de
aquellas épocas. Noel Harmonson, vocalista de los Comets on Fire decía ahí:
“Algunos de mis amigos y yo creemos que los discos de ese período particular
del rock argentino (fines de los 60, principios de los 70) están entre los
mejores del rock n´roll de todos los tiempos. Por su...sensibilidad.”
Dentro de nuestras fronteras, el viejo
rock de acá, pudo salir de la encerrona en antiguos armarios. No fueron pocos
los músicos que le cedieron a los blogueros material inédito que los sellos
discográficos cajoneaban por considerar no redituable. Esto generó tensiones
incluso legales. Lo cierto es que esa mítica música que se había originado en
La Cueva de la calle Pueyrredón volvía al ruedo. Algo significativo fue que
comenzara un ciclo en la misma Casa Rosada bajo el nombre de Música en el Salón
Blanco. Allí volvieron a tocar en diferentes presentaciones -entre los años
2005 y 2007- los viejos íconos del rock argentino.