La irrupción del blues por estos lugares se produjo tempranamente, ya que habían transcurrido muy pocos años desde que en Inglaterra emergiera lo que fue llamado “blues blanco”. El principal referente era John Mayall, que con su banda, los “Bluesbreakers”, por donde pasaran Eric Clapton, Peter Green, Mick Taylor, por hacer nombres de guitarristas solamente, venían desarrollando un blues con características propias con respecto al nacido en Estados Unidos, mucho tiempo antes, como resultado estético musical del lamento del esclavo negro, ante la opresión del amo blanco. En el caso del blues en Inglaterra se trataba de música hecha por blancos provenientes de los sectores populares de su país, sumado a una nueva característica de ejecución instrumental electrificada, propia al rock que emergía por entonces en forma de grupos, y ya no solamente en formato solista, como había sido común en la década del 50. Otros referentes de este blues fueron el trío Cream, Fleetwood Mac, Canned Heat, entre otros.
Me parece de suma importancia hacer la referencia anterior ya que es casi una evidencia que ella sería una de las principales fuentes de las cuales tomaron inspiración, nuestros primeros bluesmen, principalmente para los integrantes de Manal, Javier Martínez, Claudio Gabis, Alejandro Medina y también Pappo. Poco a poco esta influencia iba a sumar al nuevo sonido que se iba imponiendo en Inglaterra y Estados Unidos, uno mucho más potente y sofisticado como lo era el de Led Zeppelín o Jimi Hendrix, aunque hacerlo de esa forma por estos sitios, conllevaba un impedimento material bien delimitado. En un país tercermundista como la Argentina, no era posible contar con la tecnología apropiada tal como se desarrollaba en el primer mundo, y esto a la hora de montar un recital o ingresar en un estudio de grabación resultaba una verdadera evidencia. Estoy convencido que nuestros primeros músicos del género eran tremendamente conscientes de esta contradicción, y no obviarla fue decisivo para todo el desarrollo posterior. Otra cosa que se pasa por alto es que no todo músico de rock de entonces contaba con las facilidades para tener un instrumento apropiado, y que muchos de ellos los compartían, al menos para recitales importantes.
Otra cosa que considero de suma importancia en aquellos inicios es que la mayoría no se encerraba en el intento de hacer una réplica de lo que pasaba en Inglaterra o los Estados Unidos, sino que estableciendo la principal fuente, se intentaba rastrear en elementos de nuestra música, por ejemplo el tango, las huellas del paso fugaz de la cultura africana. Es así como se iba a encontrar en el candombe, o la milonga porteña, algunos elementos que se iban a plasmar en las distintas producciones.
Que aquellos pioneros no hayan querido solamente realizar una copia de lo que venía sucediendo en otros lugares es mucho más evidente en la actitud de cantar blues en castellano, y con un contenido bastante peculiar, ya que el blues en español, en muchas cosas recordaba a las letras del tango. “Avellaneda Blues” de Manal, es un paisaje poético hecho música, comparable al “Sur” de Homero Manzi, plasmado en el compás del dos por cuatro.
Creo que hacer un análisis de las letras de entonces, conlleva un capítulo aparte.
11.15.2006
Las primeras bandas: los Beatniks y los Gatos
Como ya fue historiografiado anteriormente, el 2 de junio de 1966, se produjo la edición del primer disco simple del rock nacional. Los Beatniks, formados ese mismo año, editan “Rebelde” y “No finjas más”.
La banda estaba formada por Mauricio Birabent (Moris), Javier Martínez, Pajarito Zaguri, Antonio Pérez Estévez y Jorge Navarro. El grupo se disolvió pronto.
Vale destacar que el nombre que tomó esta formación provenía de un movimiento literario formado en Estados Unidos al final de los 40. La traducción “derrotados”, expresaba antes que nada un fuerte contenido en contra de las pautas de vida americana, resaltadas en una visión cruda y con componentes muy ácidos.
En 1967, se va a producir el primer éxito discográfico del incipiente movimiento. Desde Rosario, habían llegado los Gatos, integrados por Lito Nebbia, Oscar Moro, Ciro Fogliatta, Alfredo Toth y Kay Galiffi. Ellos editan los temas “La balsa” y “Ayer nomás”, vendiendo más de 200 mil placas. El primero, tema principal del simple, iba a ser composición de Nebbia y Tanguito, mientras que el segundo era una composición de Moris con letra arreglada por Lito Nebbia a la inicial de Pipo Lernoud. El tema original iba a ser conocido posteriormente con la edición del álbum de Moris “Treinta minutos de vida”. La banda se iba a separar en 1969, para volver a juntarse en 1970, en una versión mucho más rockera, donde se notaba la presencia de su nuevo guitarrista: Norberto Napolitano, el inmortal Pappo.
1968 va a ser el año de aparición de las dos bandas que fueran a marcar más que ningunas otras, el futuro del movimiento, Manal y Almendra, con estilos bastante diferentes, blues con letras urbanas de alto contenido social, el primero y el rock canción con una poesía surrealista de muy alto vuelo el segundo.
La banda estaba formada por Mauricio Birabent (Moris), Javier Martínez, Pajarito Zaguri, Antonio Pérez Estévez y Jorge Navarro. El grupo se disolvió pronto.
Vale destacar que el nombre que tomó esta formación provenía de un movimiento literario formado en Estados Unidos al final de los 40. La traducción “derrotados”, expresaba antes que nada un fuerte contenido en contra de las pautas de vida americana, resaltadas en una visión cruda y con componentes muy ácidos.
En 1967, se va a producir el primer éxito discográfico del incipiente movimiento. Desde Rosario, habían llegado los Gatos, integrados por Lito Nebbia, Oscar Moro, Ciro Fogliatta, Alfredo Toth y Kay Galiffi. Ellos editan los temas “La balsa” y “Ayer nomás”, vendiendo más de 200 mil placas. El primero, tema principal del simple, iba a ser composición de Nebbia y Tanguito, mientras que el segundo era una composición de Moris con letra arreglada por Lito Nebbia a la inicial de Pipo Lernoud. El tema original iba a ser conocido posteriormente con la edición del álbum de Moris “Treinta minutos de vida”. La banda se iba a separar en 1969, para volver a juntarse en 1970, en una versión mucho más rockera, donde se notaba la presencia de su nuevo guitarrista: Norberto Napolitano, el inmortal Pappo.
1968 va a ser el año de aparición de las dos bandas que fueran a marcar más que ningunas otras, el futuro del movimiento, Manal y Almendra, con estilos bastante diferentes, blues con letras urbanas de alto contenido social, el primero y el rock canción con una poesía surrealista de muy alto vuelo el segundo.
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